Marcia Torres, la mujer que luchó por la identidad trans en Chile desde Antofagasta

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Marcia Alejandra Torres Mostajo nació en Antofagasta en 1949 y falleció en la misma ciudad en 2011. En plena dictadura, logró inscribir su nuevo nombre y sexo legal en el Registro Civil, después de ser sometida a una cirugía pionera en 1973. Su valentía abrió camino a los derechos trans en Chile, y hoy es recordada como un ícono de visibilidad en el Mes del Orgullo.

Desde pequeña manifestó su identidad femenina, siendo perseguida por el acoso escolar. Luego abandonó el liceo para formarse como peluquera y vedette. A inicios de los años 70 ya era conocida como “Marcia” en los círculos nocturnos de la ciudad, destacando por su estilo llamativo y su inteligencia, como la describió el escritor Pedro Lemebel.

Su vida no estuvo exenta de represión. En 1969, fue una de las detenidas en la redada conocida como el “escándalo de calle Huanchaca”, que marcó un episodio de violencia policial contra disidencias sexuales en Antofagasta.

La cirugía que desafió al Chile conservador de los 70’s

En 1973, Torres se sometió a la primera cirugía de reasignación de sexo en Chile. Según el informe de la Biblioteca del Congreso Nacional, esta intervención fue realizada el 3 de marzo en el Hospital Clínico San Borja, por un equipo encabezado por el Dr. Antonio Salas Vieyra, en el marco de la Sociedad Chilena de Sexología Antropológica.

Más allá de las versiones sobre el lugar exacto, fue durante el gobierno de Salvador Allende cuando Marcia logró concretar su transición médica. Posteriormente, inició un proceso judicial en Antofagasta para cambiar su nombre y género registral, basado en la Ley de Cambio de Nombre vigente desde 1970. Como resultado, el 2 de mayo de 1974 se publicó en el Diario Oficial su petición formal para llamarse “Marcia Alejandra”.

Una “última performance”

Pese a la visibilidad mediática que tuvo en los años 70 —incluidas portadas de revistas sensacionalistas—, la historia de Marcia fue marginada durante décadas. Sin embargo, su lucha fue reivindicada por el movimiento LGBTQ+ y diversas organizaciones. En 2018, durante la tramitación de la Ley de Identidad de Género, su caso fue citado como antecedente pionero.

“El proceso de Marcia Torres demostró que, incluso en contextos autoritarios, la demanda por identidad era posible”, señala el archivo del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

La peluquera y vedette falleció en 2011 en su ciudad natal, momento en que sus cenizas fueron esparcidas en el Monumento Natural La Portada, cumpliendo su deseo de una “última performance” frente al mar. Hoy, a más de 50 años de su cirugía y cambio legal, su nombre vuelve a resonar como símbolo de valentía, memoria y derecho a ser.

No es por orgullo, es por dignidad

El legado de Marcia Torres no solo perdura en los registros judiciales o en la memoria de las organizaciones de derechos humanos; también sigue inspirando reflexiones actuales sobre identidad, dignidad y visibilidad. En ese contexto, y a pocos días del Día del Orgullo —que se conmemora cada 28 de junio—, diversas voces han valorado el impacto cultural y simbólico que representa su historia para las nuevas generaciones.

Una de ellas es Pilar Vega, presidenta de la Fundación Ignacia Fernanda en Antofagasta, organización dedicada a acompañar a familias y jóvenes trans en procesos de inclusión y reconocimiento de la identidad de género. Desde su rol en la comunidad, Vega enfatiza:

“Creo que es fundamental que existan más espacios para visibilizar las actividades dirigidas a personas LGBTIQA+, para promover la inclusión. Es una forma de reconocer sus existencias, sus derechos y de generar conciencia sobre la diversidad sexual y de género, combatiendo prejuicios y estereotipos. También permite que las personas de la comunidad se empoderen, se conviertan en referentes para las nuevas generaciones de niños, niñas y adolescentes, y que sus derechos no sean vulnerados. Que puedan sentirse orgullos@s de su identidad y cuenten con espacios y fechas para conmemorar sus luchas”.

En pleno Mes del Orgullo, recordar a Marcia Alejandra Torres es también reconocer que la historia de las disidencias sexuales y de género en Chile no parte desde cero: tiene raíces, nombres, memorias y batallas que hoy, mas que nunca, guían nuestro camino hacia la dignidad.

Por Leonardo Silva Martínez

Director de Diario Regionalista desde hace tres años, liderando uno de los principales medios digitales de la región de Antofagasta.