Este lunes 24 de febrero, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Antofagasta podría poner fin anticipado al proyecto INNA de la empresa AES Andes, una iniciativa energética que representa una grave amenaza para la labor astronómica del Observatorio Paranal y otros centros científicos de la zona.
El proyecto, ubicado en la comuna de Taltal, busca producir hidrógeno y amoníaco. Sin embargo, astrónomos y científicos, respaldados por más de 40 Premios Nacionales de diversas disciplinas, además del Observatorio Europeo Austral (ESO), han alertado sobre su impacto negativo. La iniciativa generaría contaminación lumínica, turbulencias, polvo en suspensión y vibraciones, afectando una de las zonas con los cielos más oscuros del planeta, esenciales para la investigación astronómica.
A estas preocupaciones se suma un reciente oficio del Ministerio de Medio Ambiente, firmado por el Seremi de la cartera en la región, Gustavo Riveros. En el documento, se cuestiona la falta de un análisis riguroso sobre el impacto del brillo del cielo en los observatorios cercanos, lo que refuerza las dudas en torno a la viabilidad del proyecto.
“De la revisión de los polígonos resultantes, se observa que el proyecto en evaluación no se encuentra inserto en ninguno de los polígonos definidos por el PDGE para la provincia de Antofagasta”, plantea el documento.
“El análisis de impacto lumínico -de AES Andes- no incluye una caracterización detallada de las fuentes de emisión de luz ni su distribución espacial y espectral, lo que impide evaluar adecuadamente los efectos sobre los sitios astronómicos”, agrega.
Asimismo, el oficio sostiene que “el área de influencia del proyecto ha sido definida sin considerar un análisis riguroso del brillo del cielo en sitios astronómicos cercanos. Se han omitido parámetros críticos, como la refracción atmosférica y la dispersión de luz en función de la humedad y altitud”.
La última palabra la tendrá este lunes 24 de febrero el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), en una decisión clave que podría definir el futuro de las observaciones astronómicas en Chile y a nivel global.