Desde la FEUCN afirman que el cierre del jardín infantil Taqinki fue «la gota que rebalsó el vaso», ya que además están sufriendo una serie de recortes presupuestarios que afectan a toda la comunidad educativa. Asimismo, denuncian amenazas de desalojo desde rectoría.
La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica del Norte (FEUCN), encabezada por su presidente Matías Rivera, ha confirmado que el movimiento estudiantil sigue movilizado y que el petitorio elaborado ha sido enviado a las autoridades universitarias. Esta movilización, que se enmarca en la toma indefinida del Campus Angamos, surge como respuesta a la decisión del cierre del jardín infantil Taqinki y una serie de recortes presupuestarios que afectan a toda la comunidad educativa.
«Queríamos entregar el petitorio de manera presencial, pero ante la falta de disposición de la universidad, se decidió enviar por correo», afirmó Rivera durante un punto de prensa realizado este mediodía. El documento incluye demandas como la reversión de los recortes presupuestarios, la solicitud de renuncia del rector Rodrigo Alda y otros altos cargos de la universidad, debido a lo que califican como «negligencia en la administración», lo que ha llevado a la UCN a una crisis económica.
Entre las demandas más relevantes, los estudiantes exigen detener los recortes a los beneficios estudiantiles, como las becas de alimentos y los recursos destinados al deporte, que han visto una disminución considerable. Rivera también denunció la falta de transparencia respecto al estado financiero de la universidad: «Estamos ante una crisis económica y no tenemos acceso para saber qué tan grave es y por qué se están aplicando estos recortes», indicó.
La situación ha tensado las relaciones entre la comunidad estudiantil y las autoridades, al punto de que los estudiantes han solicitado la renuncia del rector Rodrigo Alda, el vicerrector académico Nelson Fernández, la vicerrectora de asuntos económicos Ingrid Álvarez y la directora de la Dirección General Estudiantil Bianca Vega. Según Rivera, la universidad está profundamente fragmentada: «Las decanaturas están fragmentadas, y esto se nota en las reuniones con las autoridades».
Respecto al jardín infantil Taqinki, los estudiantes han señalado que la opción planteada de ofrecer el espacio en comodato no sería viable desde el punto de vista jurídico, lo que ha intensificado las movilizaciones. Por otro lado, la toma de la universidad también ha generado roces con el Servicio Electoral (Servel), ya que el campus está destinado a ser sede de votación en las próximas elecciones.
«Hemos recibido amedrentamiento por parte de rectoría. Esto, por la ley 18.700 que indica que la sede de votación no puede estar intervenida para las elecciones, por lo cual se nos dijo (…) que si no desalojábamos el día de hoy la universidad, ya mañana el Servel tenía la facultad de desalojarnos», denunció Rivera.
No obstante, Rivera destacó la disposición del Servel para dialogar, con una reunión programada para esta tarde: «Estamos abiertos a buscar vías pacíficas para entregar el campus para las elecciones, pero nuestras demandas son contra la universidad, no contra la ciudadanía», precisó.
Sobre la posibilidad de dejar el campus durante las elecciones y luego volver a ocuparlo, el dirigente estudiantil dijo que están abiertos a esa posibilidad, pero que están «evaluando otras opciones también con Servel, en virtud de que no dejemos la universidad».
«Igual recalcar que la toma ha sido bien flexible, en el sentido que hay empresas externas que están trabajando dentro de la universidad», recordó.
Mientras tanto, la toma se mantiene firme, con el respaldo de 22 carreras que apoyan el movimiento. Rivera subrayó que el cierre del jardín infantil Taqinki fue «la gota que rebalsó el vaso», pero que el malestar se venía gestando por la acumulación de problemas. «Como movimiento estudiantil, estamos más unidos que nunca», concluyó.