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Senador Esteban Velásquez por caso Macaya: «El sistema esconde la cabeza»

El parlamentario cuestionó los privilegios que se han advertido en casos de abuso sexual y corrupción.

A propósito del controversial caso de Eduardo Macaya Zentelli, padre del expresidente de la UDI, Javier Macaya, condenado a seis años de cárcel por abusar sexualmente de dos menores, pero que actualmente se encuentra con arresto domiciliario, el senador por la Región de Antofagasta, Esteban Velásquez (FRVS), expresó su indignación.

“El problema no es el estado de derecho, sino que el sistema esconde la cabeza ante los poderosos, y la hipocresía campea en nuestra política y justicia”, señaló el parlamentario, enfatizando que si Eduardo Macaya fuera una persona sin conexiones, como «Juan González», ya estaría en prisión preventiva, esposado y con un defensor de oficio, sin los recursos para un abogado privado. “Probablemente, Juan González ya estaría cumpliendo su pena”, añadió.

Velásquez recordó un caso similar en 2013, cuando Martín Larraín Hurtado, hijo del senador y expresidente de RN, Carlos Larraín, quedó en libertad con arraigo nacional tras atropellar y matar a Hernán Canales Canales. “No fomentemos la mala memoria, porque puede ser muy peligroso. El estallido social tuvo miles de caras, rabias y frustraciones. Estos privilegios muestran un desprecio hacia los demás”, subrayó.

El senador continuó criticando la situación actual: «Aquí hay privilegios, porque en este caso de Javier Macaya, no se entiende cómo una persona condenada por abuso sexual de menores queda con arresto domiciliario, en circunstancias que debe ser encarcelado cuanto antes. Esto nos hace dudar de si en Chile estamos relativizando el abuso sexual de menores al igual que la corrupción».

«Esto no puede ser, hay valores que no se transan y en Chile no es admisible relativizar los abusos sexuales ni la corrupción, ni hay espacios para silencios de complicidad, debemos elevar los estándares», recalcó Velásquez.

«La hipocresía y el silencio cómplice reaparecen en un tribunal, en una iglesia, en un púlpito, en el Congreso, y hasta en la reunión social del fin de semana, un veraneo en el litoral central o en un campo privado. Los niños primero, decían, pero qué tipo de país y valores les dejaremos a esos niños», concluyó el senador.