La explotación minera y energética en el norte de Chile, particularmente vinculada al litio e hidrógeno verde, está generando impactos socioambientales significativos en las comunidades y ecosistemas locales. Este fue el foco del seminario “Desafíos de la Transición Energética en el Norte de Chile: Entre la Justicia y las Zonas de Sacrificio”, organizado por Fundación Tantí y la Universidad de Antofagasta, donde expertos advirtieron sobre las consecuencias de proyectos que afectan especies, ecosistemas y comunidades vulnerables en la región.
Gabriela Cabaña, representante de Fundación Tantí, presentó un adelanto del informe “Hidrógeno verde: ¿transición energética justa o nuevas zonas de sacrificio en el norte de Chile?”. Este documento evidencia cómo la región de Antofagasta enfrenta una convergencia de proyectos extractivos y energéticos, desde plantas de hidrógeno verde y parques eólicos, hasta minería de litio, generando una presión socioambiental en lugares como Mejillones, Chiu Chiu, Peine y Taltal.
El seminario resaltó que la implementación de proyectos energéticos y mineros ha generado injusticias socioambientales, agravando problemas hídricos y afectando recursos como el agua, ya que se requieren 35 litros de agua destilada para producir solo un kilogramo de hidrógeno verde. Cabaña subrayó: “Además del agua, el impacto ambiental de los paneles solares, torres eólicas y otras infraestructuras afecta la flora, fauna y los cauces de agua, a menudo de manera acumulativa y subestimada”.
Ramón Balcázar, director ejecutivo de Fundación Tantí, agregó que la explotación de hidrógeno verde “profundiza el modelo extractivista”, instando a generar políticas públicas con enfoque territorial que incluyan la participación de pueblos indígenas y comunidades locales.
Proyectos específicos en evaluación ambiental, como el Proyecto Volta en Mejillones y otros en Calama y Peine, plantean desafíos de sostenibilidad, mientras que la evaluación de impactos de manera aislada, sin considerar sus efectos sinérgicos, agrava la situación. La necesidad de un enfoque integral y de mayor participación ciudadana fue destacada como clave para enfrentar estos desafíos.