La crisis de confianza en las instituciones de poder en Chile sigue profundizándose con el avance del denominado caso «Hermosilla». Esta mañana, el Pleno de la Corte Suprema tomó la decisión de suspender a la ministra Ángela Vivanco tras revelarse comprometedores vínculos con el abogado Luis Hermosilla a través de chats de WhatsApp.
Las conversaciones, expuestas por el portal Ciper Chile, sugieren que Hermosilla habría intervenido en la nominación de Vivanco al máximo tribunal en 2018, con el respaldo de figuras políticas clave de la UDI como Andrés Chadwick y Hernán Larraín. Incluso, aparecen vínculos con el expresidente Sebastián Piñera.
El escándalo no se detiene ahí: los chats también revelan que, una vez en la Corte Suprema, Vivanco habría compartido información confidencial con Hermosilla y tratado de influir en decisiones judiciales en su favor.
El diputado Daniel Manouchehri (PS), querellante en el Caso Hermosilla, no tardó en reaccionar, anunciando una acusación constitucional contra la ministra Vivanco. «Es inadmisible que la justicia sea manejada por intereses privados y personales», señaló el parlamentario.
En medio de esta tormenta, la Corte Suprema ha suspendido sus salas y el Pleno continúa en deliberación, mientras la confianza en la élite política, judicial y empresarial se tambalea cada día más.
Leonardo Silva Martínez