Ricardo Díaz Gobernador

Columna: Validación de la violencia y las últimas elecciones

En el último debate en el contexto de la elección de Consejeros Constitucionales fui interpelada por una candidata del partido Republicano que me preguntó si yo validaba la violencia. Mi respuesta natural fue negar la validación de la violencia en todas sus formas, pero ¿a qué violencia se refería?

Estos días, post elecciones al consejo, hemos visto cómo han salido a la luz episodios escondidos de personeros y militantes del partido Republicano, uno de ellos en el Bio Bío, donde un militante electo como Consejero Constitucional fue procesado por realizar tocaciones a una mujer sin su consentimiento en un bus interurbano.

Y, ¿cuál es el reproche que recibe desde su partido? Solo se le da la opción de renunciar al partido. ¿No era aquello lo suficientemente violento para el partido Republicano?. Asimismo, en la región de Antofagasta otro de los consejeros electos del mismo partido fue denunciado públicamente por dos ex – estudiantes universitarias por acoso sexual. ¿Será que no consideran violento el acoso sexual?

El partido Republicano ganó ampliamente en las últimas elecciones y, paradójicamente, han sido ellos quienes se han opuesto en bloque a todos los avances significativos para el país y en momentos en que empeora la vida de los que están abajo, y no hay que dudarlo un segundo, aumentan las condiciones materiales de desigualdad entre hombres y mujeres y con ello naturalmente aumenta la violencia.

Recordemos que su líder (JAK) hace unos años proponía eliminar el ministerio de la mujer. ¿Por qué el Ministerio de Transportes o Medio Ambiente es más importe que defender y promocionar los Derechos de la mujer? Sin ir más lejos, recordemos que uno de los diputados electos del partido Republicano cuestionó públicamente el que las mujeres tuviéramos derecho a votar.

Siguiendo esta línea, es de esperar que en los próximos días aparezcan declaraciones del sector ultraconservador mandatando a mujeres solo a parir niños para la nación y reduciendo su labor a la de maternar y criar, reforzando la idea tradicionalista de los roles de género (el hombre como el proveedor del hogar y la mujer como madre cuidadora). No es posible reducir la conversación solo a esto, queremos vivir en una sociedad que nos asegure libertades y nos proteja en igualdad de condiciones.

Esto no se trata de contraponer valores, sino que de crear una sociedad donde la violencia sea condenada y erradicada. La violencia sexual, el abuso de poder, la supremacía del género (cuando se cuestiona si debemos o no tener derecho a voto las mujeres), eso es violento. Por supuesto que no valido la violencia de ningún tipo y como sociedad debemos hacernos cargo. Sin embargo, miro con gran preocupación que sean esos ideales y valores representados en personajes que naturalizan y disfrazan la violencia los que el día de hoy sean llamados a crear políticas públicas para nuestro país.

By Liliana González Cortés

Liliana González Cortés es egresada de Derecho, ex candidata al Consejo Constitucional por la Región de Antofagasta. Además, es socia de ABOFEM , militante de Revolución Democrática y Coordinadora del Frente Feminista Regional de RD.

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