Detrás del hotel Ibis, en el Parque de la Avenida Brasil —específicamente en Pasaje Carrera #855, Antofagasta— se encuentra Yorokobi no Mori, un local que fusiona gastronomía japonesa y comida rápida tradicional con una estética kawaii. Especializados en mochis artesanales y onigiris, ofrecen una experiencia culinaria única en el norte del país, representando lo mejor de la comida tradicional y festiva japonesa.
“Los conocimos en Iquique y, al llegar, nos dimos cuenta de que no había mochis artesanales en Antofagasta, así que decidimos ser los primeros en traerlos”, cuenta Elizabeth Pinto Díaz, quien asegura que su objetivo siempre ha sido ofrecer una experiencia auténtica y diferente a la comunidad local.
Lo que comenzó como una simple idea inspirada en la cocina nipona, hoy es un punto de encuentro para los aficionados de Pokémon Go, quienes se reúnen en la avenida. El local se especializa en mochis, dulces festivos hechos con harina de arroz glutinoso, moldeados en pequeñas bolitas y rellenos con sabores como pasta de porotos rojos, frutas o helados. Junto a los tradicionales onigiris —bolitas de arroz rellenas y envueltas en alga nori—, han cautivado a los clientes, que además disfrutan de un ambiente lleno de detalles vinculados al anime, como Dragon Ball Z y Studio Ghibli.
“A la gente le encanta la combinación de lo delicioso con lo visualmente atractivo. El ambiente que hemos creado aquí invita a disfrutar de la comida y vivir una experiencia acogedora”, agrega la propietaria.
A pesar de los desafíos, incluyendo un robo que afectó al local a finales de enero, Yorokobi no Mori sigue creciendo. La comunidad local se ha mostrado solidaria en redes sociales, apoyando a este emprendimiento que ha logrado captar la atención por su propuesta gastronómica y cultural. Parte de ese respaldo proviene de Víctor Guerrero Torres, médico veterinario de GEMAVET, y de Alenny Alday, joven colaboradora que atiende en el local.
«La inseguridad es un reto, pero estamos aquí para quedarnos y seguir ofreciendo lo mejor de nuestra comida», finaliza Elizabeth, quien subraya que, pese a los obstáculos, el amor por su trabajo los mantiene firmes.