Día Mundial del Agua: Cristina Dorador explica el rol fundamental de este elemento para los salares de la región

El 22 de marzo se conmemora el día internacional del agua. Este vital elemento está presente a diario en nuestra vida y es fundamental para el desarrollo de cualquier tipo de sistema y la supervivencia de casi todos los organismos en el planeta Tierra, incluso, en zonas tan extremas como el desierto de Atacama y el altiplano chileno, donde el agua puede resultar muy escasa.

Es ampliamente sabido que el desierto de Atacama es el lugar más árido del mundo. De hecho, sus largas planicies desérticas son utilizadas por la NASA para ejercicios de simulación pensando en misiones a Marte. Sin embargo, pocos saben el rol fundamental que este preciado líquido tiene en los diferentes sistemas que pueden existir en este territorio, como, por ejemplo, los salares.

Cristina Dorador, doctora en ciencias naturales e investigadora de la Universidad de Antofagasta, entrega información relevante para comprender como el agua juega un papel fundamental, tanto en el origen, como en la supervivencia de los salares de nuestra región.

“Los salares originalmente, en el pasado, fueron grandes lagos. Su origen es acuático, por eso se definen como humedales de altura, muchas veces salinos. Pero, también son ecosistemas acuáticos, por lo que el agua es fundamental para la existencia de estos y también toda la mantención de la biodiversidad en ese sistema” aclaró la científica de la UA, respecto al rol que el agua adquiere en los salares.

De esta forma, se puede entender que los salares son, en realidad, ecosistemas. En estos, podemos encontrar vida en múltiples formas y tamaños, demostrando que son el hogar y escenario de complejos entramados de relaciones entre seres vivos y no solo extensiones de sal en la tierra o vetas de minerales como el litio, por ejemplo.

“Los salares poseen una alta biodiversidad, la cual mayormente es microbiana, es decir, dominada por aquellos organismos que no podemos ver directamente con el ojo humano. Estos, también son fundamentales para la existencia de otras especies y grupos, como, por ejemplo, insectos, moluscos e invertebrados” aclaró al respecto Dorador.

Es así como en los salares se pueden encontrar organismos microscópicos, como el fitoplancton (algas microscópicas y cianobacterias que generan oxígeno), que corresponde a organismos fotosintéticos que son consumidos por zooplancton (crustáceos pequeños, larvas de peces, protozoos, etc.) que, a su vez, forman parte importante de la dieta de aves, reptiles y otras especies que pueden habitar en los salares.

De esta manera se evidencia la existencia de una rama trófica muy importante, compleja y delicada que se encuentra en estos lugares y que va a variar dependiendo de la salinidad del salar en cuestión o de la zona de este que se analice.

“Dentro de los salares, el agua posee distintos niveles de salinidad. Por ejemplo, puede haber salares que tienen zonas de bofedales y vegas (zonas con vegetación), con aguas dulces. En esas partes pueden existir peces incluso, como el caso del salar de Ascotán. Pero, después, estas aguas van ingresando y escurriendo a la cuenca principal, que es la zona más evaporítica, donde se han evaporado las aguas en el tiempo, y allí las lagunas son más bien hipersalinas o salinas, las cuales también son hábitat de otro tipo de especies que pueden tolerar esa alta salinidad. Principalmente, microorganismos u organismos extremófilos y también es sitio de alimentación de flamencos”, expresó al respecto la doctora en ciencias naturales.

Riesgos, importancia y preservación

Los salares son ecosistemas frágiles, es decir, la intervención de sus elementos y las interacciones que se dan entre estos puede generar daños irreparables en ellos. Lo anterior, adquiere aún más gravedad si se considera que son el hogar de especies únicas y la cuna de históricas civilizaciones de nuestro desierto.

“Los salares albergan la mayor biodiversidad en la zona continental del norte de Chile. En esta zona hay especies que muchas veces están en peligro de extinción, con distintos grados de conservación. Pero, también han sido claves para el desarrollo de distintas culturas humanas en el tiempo”.

“Por ejemplo, el Salar de Atacama, es la cuna de la nación Licanantay y también del río Loa. Entonces las aguas que hay en el desierto son cruciales, porque donde hay agua habrá vida y esa vida va a ser fundamental para otro tipo de procesos, culturas y sociedades” señaló la investigadora del Departamento de Biotecnología de la UA.

La industria minera, principal actividad económica de nuestra región, muchas veces ha influido negativamente en estos ecosistemas, dañándolos irremediablemente en algunos casos. Por lo que se hace crucial generar instancias de protección que garanticen su supervivencia.

“Los salares no son minas, son ecosistemas. En la legislación chilena, tanto en la constitución como en el código minero, son considerados como minas. Cuando se detalla qué es una mina en Chile, ahí se mencionan los salares. Sin embargo, es importante pensar estos sistemas, como ecosistemas, porque eso es lo que son. Son sistemas naturales, que tienen una alta biodiversidad, que tienen también especies únicas, endémicas en el mundo y son fundamentales para la mantención de todas las relaciones tróficas y ecológicas del altiplano” advirtió la experta.

Cristina Dorador también hace hincapié en que es necesario evaluar los proyectos extractivos con una mirada mucho más integrada, no mirando los salares solo como una fuente de minerales y considerando los equilibrios frágiles que allí existen.

“Sin duda es crucial una conversación mucho más amplia respecto al efecto del extractivismo en los ecosistemas naturales frágiles como lo son los salares, los glaciares y también otros ecosistemas muy importantes en Chile. Yo creo que hay que avanzar más allá y para eso es crucial generar conocimiento, pero también personas formadas en estos temas y, por tanto, el rol que cumplen las universidades en este tema es clave” complementó.

ACCIONES CONCRETAS

En la actualidad, se encuentran en ejecución una serie de iniciativas que buscan generar conocimiento y, además, proteger los salares de nuestro país. Una de estas es el proyecto Anillo de Litio-Salares el que busca comprender los servicios ecosistémicos de los salares a nivel microbiano y es llevado a cabo por un grupo multidisciplinario de investigadores que principalmente pertenecen a la UA, otras instituciones de educación superior y también cuenta con colaboradores internacionales.

Por otra parte, Dorador indica que “también somo quienes ejecutamos la iniciativa del nodo Laboratorio Natural Salares, el cual busca posicionar a los salares como lugares de investigación científica y laboratorios naturales, ante lo cual, se está conversando y articulando con distintos actores vinculados a los salares, para poder generar una hoja de ruta que permita avanzar en la investigación y el posicionamiento de estos ecosistemas a nivel nacional e internacional”.

También señaló que es parte de la generación de las líneas de base o el conocimiento base para la creación de nuevas áreas protegidas en salares. Indicando que, si todo resulta como han previsto, este año se debería tener ya en camino la creación de nuevas áreas protegidas de salares en la región de Antofagasta y Atacama, cuyas categorías se encuentran aún en revisión.

En conclusión, es importante cuidar los salares y sus aguas por su potencial en cuanto a la biodiversidad, sus vínculos con las comunidades indígenas de nuestro desierto y altiplano y por todo el potencial que puede entregar para la ciencia y la biotecnología, mucho más allá de la minería. Además de ser el hogar de especies únicas y fuente hídrica en el lugar “más seco del mundo”.