El conflicto en Mejillones por una planta desaladora sin permisos ha escalado tras la decisión del municipio de decretar su demolición. Según reportó El Mostrador, esta medida fue informada en una sesión extraordinaria del concejo municipal, convocada por el alcalde Marcelino Carvajal, luego de que el medio de comunicación expusiera una serie de irregularidades en la instalación utilizada por la empresa Spence, del grupo BHP.
La estación de bombeo, ubicada en un terreno fiscal y utilizada para abastecer de agua a la minera, fue construida sin contar con permiso de edificación ni certificado de recepción de obras, violando el Plan Regulador Comunal que prohíbe este tipo de instalaciones en dicha zona. «Ellos se pasaron de listos… nosotros tenemos que tomar otras medidas, orden de demolición o, en último caso, paralización del bombeo de agua», declaró el alcalde Carvajal durante la sesión.
El caso salió a la luz pública luego de la muerte de un trabajador de la empresa Premar, que realizaba labores en la planta y cuya familia entabló una demanda por negligencia contra las empresas involucradas, incluyendo a Cobra Montajes, Caitan SpA y Compañía Minera Spence. La acción judicial argumenta que las compañías no mitigaron los riesgos asociados al funcionamiento continuo de la estación, priorizando la producción y poniendo en peligro la vida del trabajador.
Durante la reunión, el director de obras del municipio, Aaron Oliveros, confirmó la existencia de una resolución que solicitaba la demolición de la planta, afirmando que «no podemos autorizarlo, porque no cumple con el plan regulador». La medida se oficializó con la emisión de la resolución exenta Nº 010/2024, ordenando la demolición de las instalaciones.
La concejala María Brevis, en declaraciones a El Mostrador, enfatizó que durante años se permitió a empresas instalarse sin cumplir con los requisitos legales en Mejillones. Por su parte, el abogado de Premar, Antonio Rojas, destacó que el fallecimiento del trabajador en las instalaciones refuerza la necesidad de actuar con firmeza ante las irregularidades.
BHP, propietaria de minera Spence, se abstuvo de emitir comentarios sobre la situación.