A un año de los ataques de Israel contra Palestina, las cifras son estremecedoras. Según los datos disponibles hasta la fecha, el conflicto ha dejado un saldo de 42.000 palestinos fallecidos, de los cuales 16.891 son niños y niñas, y 11.458 son mujeres.
Además, 25.000 niños y niñas han quedado huérfanos, habiendo perdido a uno o ambos padres, y se han visto forzados a enfrentar la vida por sí mismos.
Entre las víctimas de este genocidio, 304 eran trabajadores humanitarios. Además, desde el inicio del conflicto, el Ejército israelí ha asesinado a más de 130 periodistas, de los cuales al menos 32 fueron atacados deliberadamente mientras ejercían su labor.
En medio de este escenario de violencia y destrucción, casi un 90% de los habitantes de Gaza se han visto obligados a desplazarse, lo que se traduce en cerca de 1,9 millones de personas.
A pesar del horror, la escalada de violencia sigue su curso, y el fin del conflicto parece más lejano que nunca. Por el contrario, la situación se agrava y se extiende aún más por todo el Medio Oriente.