La tranquilidad del emblemático Valle de la Luna, uno de los principales atractivos turísticos de San Pedro de Atacama, se ve amenazada por un controvertido proyecto minero. A tan solo 13 metros del límite sur de este Santuario de la Naturaleza, la empresa minera Galaxi 1 pretende instalar una operación de extracción de cloruro de sodio.
El proyecto, que busca extraer 4.500 toneladas mensuales de cloruro de sodio en la Cordillera de la Sal, ha generado preocupación entre las comunidades atacameñas. La alarma creció cuando se conoció que la empresa presentó una consulta de pertinencia ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), un mecanismo legal que permite eludir la evaluación ambiental completa del proyecto. Este procedimiento, aunque dentro del marco legal, ha sido duramente criticado por expertos en derecho ambiental por su capacidad de evadir un análisis más exhaustivo de los impactos.
La comunidad atacameña de Coyo ha sido enfática en que el proyecto debe someterse a una evaluación ambiental, dado que se encuentra en la zona de influencia directa de un Santuario de la Naturaleza, lo que además podría afectar negativamente el turismo, una actividad vital para la economía local.
Lo que agrava la situación es que esta no es la primera vez que Galaxi 1 intenta avanzar sin una evaluación ambiental. En dos ocasiones anteriores, el SEA determinó que el proyecto debía ser evaluado, lo que ha generado críticas sobre la persistencia de la empresa en tratar de evitar este proceso.
Además, los residentes locales subrayan los daños ya existentes en la región por la explotación minera en el salar de Atacama y su cuenca. Un reciente estudio de la Universidad de Chile reveló que una zona importante del salar se hunde entre 1 y 2 cm al año debido a la extracción de salmuera, lo que añade una capa de preocupación sobre los efectos acumulativos de la actividad minera en esta frágil zona.