Distintas organizaciones feministas, como el Cordón Feminista La Cacerola, Tumba Diabla, Wamikuna y desde Pan y Rosas, hacemos llamados a marchar para enfrentar a la extrema derecha de forma independiente al Gobierno, y levantando un camino de movilización y autoorganización por nuestras demandas. Convocamos en la Plaza de la Revolución este viernes 8 de marzo, a las 17 horas.
En los últimos años, después del NiUnaMenos y la Marea Verde en Argentina, el movimiento de mujeres se ha transformado en una fuerza en Chile y el mundo. En cientos de países saldremos a las calles, en un nuevo escenario marcado por guerras, genocidio y por el intento de las extremas derechas conservadoras de fortalecer el autoritarismo y el machismo y de avanzar sobre nuestros derechos conquistados en las calles.
Estamos en una encrucijada: o quedarnos atrapadas en la estrategia “institucional”, que en estos dos años ha implicado la inmovilización y debilitamiento de nuestra organización, llevando a la confianza en negociaciones con la derecha en el parlamento, lugar donde se han estrellado todas nuestras demandas; o cambiamos a una estrategia que permita retomar la movilización en las calles y la organización en lugares de trabajo y estudio, avanzando a hacer alianzas con la clase trabajadora, los pobladores y la juventud, para lo cual debemos poner fin a la confianza en las instituciones de los 30 años.
Por un lado las organizaciones y mujeres del Gobierno de Boric, bajo la etiqueta Coordinadora 8M, buscan engañar a miles sin nombrar que se trata de la convocatoria que busca apoyar al Gobierno y reafirmar el fracasado e impotente camino parlamentario de acuerdos con la derecha. Es el Feminismo de los “ministerios”, una institucionalización del movimiento de mujeres transformado en moneda de cambio para negociaciones parlamentarias. Convocarán en la pérgola de la avenida Brasil realizando un engaño a cientos de mujeres, pues se trata de una marcha “oficialista” que busca usufructuar de las peleas que por años dimos en las calles.
Por otro lado distintas organizaciones feministas, como el Cordón Feminista La Cacerola, Tumba Diabla, Wamikuna y desde Pan y Rosas, hacemos llamados a marchar para enfrentar a la extrema derecha de forma independiente al Gobierno, luchando contra la institucionalizacion del movimiento de mujeres.
Con el Bloque Popular Feminista y Disidente compartimos esta batalla este 8M y así como muchas de las demandas de la convocatoria, como la lucha contra la “violencia a nuestros cuerpos, vidas, y comunidades, la lucha contra la explotación y precarización de la vida, la denuncia al lavado de imagen de gobierno asesino y criminal de Sebastián Piñera y toda la violencia sexual vivida por los organismos de represión”.
Pero las feministas socialistas opinamos que el movimiento de mujeres puede conquistar sus demandas históricas como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, la educación sexual integral, a igual trabajo igual salario, y enfrentar la violencia estructural del sistema capitalista y patriarcal, la lucha por salud, educación y vivienda. Y para eso necesitamos una estrategia de auto organización que junto a la clase trabajadora, los estudiantes, y pobladores, se proponga enfrentar a la burocracia sindical y de los movimientos, luchar por poner en pie nuevos organismos de coordinación, uniendo todo lo que este sistema divide, y creando una fuerza social y política que se plantee retomar el camino de la movilización en las calles, escuelas, universidades y lugares de trabajo.
En esta convocatoria sonarán con fuerza la solidaridad internacional con el pueblo palestino, contra el genocidio y la guerra, así como junto a las compañeras y el pueblo argentino que recibe los ataques de Milei.
Esta convocatoria busca retomar nuestro camino histórico de lucha y movilización. Porque mientras el Gobierno se contenta con medidas necesarias pero mínimas, como la nueva Ley integral contra la violencia de género, que sólo visibiliza la violencia en los marcos de la instituciones y el Estado, tenemos las mujeres los peores salarios, la mayor precarización, la falta de vivienda, salud y educación. El gobierno dejó en el olvido el derecho por el aborto legal, seguro y gratuito. Abandonaron la lucha por educación sexual integral, renunciaron a la condonación del CAE, en cambio sacan una ley corta para perdonarle el negocio a las Isapres y mantienen las AFP en la propuesta de pensiones de Piñera. Un gobierno que homenajea a un violador de Derechos Humanos.
Y después de dos años, nos siguen pidiendo confianza, como si el camino “institucional” nos fuera a entregar algo. Siempre, lo único que hemos ganado y ganaremos, será con la fuerza nuestra en las calles, con la masividad y la alianza con las clases trabajadores y los sectores oprimidos.
Por eso, si queremos ser protagonistas de nuestras reivindicaciones, debemos dejar de confiar en esa institucionalidad a la que nos lleva el gobierno y las conducciones sindicales burocráticas, mientras nos desmovilizan y nos dejan merced a la negociación con los partidos empresariales. Si queremos retomar nuestras demandas y conquistarlas, no hay otro camino que fortalecernos desde abajo, pero avanzando en alianzas con sectores populares y de trabajadores. Es la única forma y garantía de avanzar con nuestros derechos y poner un freno a la extrema derecha conservadora, que avanza en el mundo cada vez que no estamos en las calles, y avanzan producto del fracaso y la desilusión que dejan los “progresismos”.
Por eso no da lo mismo dónde marchar este 8. Por eso, desde Pan y Rosas llamamos a hacer fuerte la convocatoria a Plaza de la Revolución este 8M a las 17:00 horas, y sea un puntapié inicial para retomar nuestras demandas. Solo la organización de base, la unidad con la clase trabajadora y sectores oprimidos y la movilización, podrán garantizar nuestras reivindicaciones, y no así la política de los acuerdos con la derecha y empresarios impulsada por este gobierno y sus partidos.