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Columna: Una mirada al plebiscito constitucional desde el mito de la caverna

Platón fue uno de los grandes filósofos griegos y de los primeros que planteaban una filosofía ligada a la política. Uno de sus textos más vigentes es el de La República, específicamente en el Libro VII, donde intenta explicar, por medio de una alegoría, la diferencia entre los que intentan descubrir la “verdad” y los que se quedan sumidos en “el san siempre”.

Cuenta Platón en el mito, que unas personas habitan en una caverna, y esas personas nunca han visto el “mundo exterior”, han crecido creyendo que las sombras que están detrás de ellos es lo real, y en esa realidad es que viven, se desarrollan y están cómodamente en su “zona de confort”. Hasta que uno de los habitantes, rompe esas cadenas y logra salir fuera de la caverna, es decir, logra ver la luz, la realidad tal cual. Esta vez, lo importante pasa por el final del mito, que es cuando la persona vuelve a la caverna a liberar a los otros habitantes de ésta, pero no lo escuchan, es más, lo terminan matando.

Si analizamos lo acontecido en las urnas este domingo 4 de septiembre, podemos relacionar claramente este mito con nuestra realidad. No es que haya ganado la derecha o el mundo empresarial, ganó la desinformación, las fakes news, las mentiras (sombras diría Platón), pero por sobre todo el miedo, miedo a salir de la “zona de confort”, miedo a cambiar “lo de siempre”, miedo a salir de la caverna.

Terminamos matando una tremenda posibilidad de cambiar la historia, de re-vindicar los derechos sociales, de aspirar al bien común y, lo más importante, pasar de una constitución hecha en cuatro paredes bajo una dictadura militar, a una constitución realizada por personas elegidas democráticamente, con paridad de géneros y representación de pueblos originarios. En otras palabras, y como dice la alegoría, cuando el prisionero logró escapar de la caverna y volvió a ella para sacarnos del mundo irreal y falso, no hicimos otra cosa que matarlo.

La mayoría de los chilenos interpretó un Estado social de derecho como un Estado Totalitario, es por ello que es fundamental revitalizar la educación cívica, ya que el conocimiento no puede estar al servicio exclusivo del mercado empresarial, sino que ha de fomentar el juicio propio y la autonomía. Esta vez ganaron los que tienen todo, con los votos de los que no tienen nada. Doloroso, pero solo es fruto de una educación que sólo enseña lo útil, y ese tipo de educación sólo sirve para servir.

By Benjamín Rojo Segovia

Mg. Benjamín Rojo Académico Universitario www.filosofiaparatodos.cl

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