La saga jurásica más importante de la historia del cine, es una de las tantas franquicias que se han adaptado a los tiempos modernos, generando tramas y personajes actuales, con una mirada siempre en la nostalgia. Lo cierto es que la trilogía de Jurassic World, pese al mediano éxito y la espectacularidad al momento de representar a los gigantes de antaño, siempre dejaba la sensación de que algo faltaba.
Lo cierto es que Jurassic World: Dominion, es una mezcla de dos tramas totalmente diferentes, las cuales en algún momento convergen para justificar el gran enganche de ver el retorno de nuestros antiguos protagonistas. Esto nos permite darnos cuenta de cuál es el gran problema de las anteriores entregas.
Por una parte, tenemos al intrépido Chris Pratt y a la valiente Bryce Dallas, quienes nos han guiado en las nuevas aventuras, en una historia de experimentos genéticos ambientada en un mundo con dinosaurios como factor de riesgo y que argumenta la acción. Por otro lado, están Sam Neil como el Dr. Grantt, Laura Dern interpretando a la Dra. Ellie Sattler y finalmente al icónico Jeff Goldblum, con una trama que trata de dinosaurios, respondiendo a la majestuosidad de estos.
No me malinterpreten. La película logra su cometido y entretiene, principalmente por sus secuencias de acción, y el retrato del proceso de la humanidad por adaptarse a la presencia de los dinosaurios en la tierra. Pero es bastante notorio que la nostalgia le gana a lo nuevo, en cuanto a trama, esencia, personajes y carisma.
La gran pregunta es saber qué ocurrirá en las próximas entregas. Si bien es cierto Neil, Dern y Goldblum están lejos de poder animar secuencias de acción, sí son capaces de potenciar su presencia con comedia y carisma, por sobre el trabajo que hacen nuestros actuales protagonistas. La fórmula de Jurassic World está completa, aunque desde los guionistas tendrán que darle un refresco, debido a que seguramente, Universal Pictures le sacará todo el provecho que pueda hasta el desgaste.
Redacción 
Valeria Ríos Guerrero