«La Era del Hielo: Las Aventuras de Buck», una película que nadie pidió

Aunque nadie lo pidió, aquí tenemos gracias a Disney+ una nueva entrega de la saga de “La Era del Hielo”. Esta vez, es un extraño spin off centrado en el personaje de “Buck”, pero guiados por la dupla de Crash y Eddie, pero a la vez narrado por Ellie.

La historia nos cuenta cómo la manada se separa, debido a que Crash y Eddie deciden marcharse buscando su propio destino. Aquí vuelven al mundo oculto (el cual conocimos en anteriores películas), y se encuentran con Buck, quien los apadrina en este lugar donde se desarrolla la historia.

El gran problema de esta nueva aventura, es que no es llamativa, no nos engancha, no lo pedimos y viene a demostrar nuevamente cómo un estudio puede desgastar tanto una saga. En la misma línea, los personajes elegidos para protagonizar esta historia, no logran marcar como lo hacen Manny, Diego, Sid y Ellie, siendo totalmente notorio en las secuencias en las que aparecen, robándose la pantalla a base del mismo carisma que hemos visto desde su primera entrega el 2022.

Por otra parte, se entiende que al no ser una cinta que será estrenada en el cine, y solo llega a través de las pantallas de Disney+, baja el presupuesto. El tema es que se nota bastante, con una animación que retrocede y que por momentos pareciera ser sacada de una serie realizada de forma independiente. También marcada por la ausencia de sus voces originales, por lo menos para su versión en inglés, algo que también marca y nos da una señal de lo mencionado anteriormente.

En conclusión, pareciera que «La Era del Hielo: Las Aventuras de Buck», es simplemente un eslabón más de una cadena en vía a la decadencia, todo para un estudio que gastó a más no poder la magia de sus personajes. La Era del Hielo es como Coldplay, seguimos viendo sus producciones porque aún tenemos esperanza en aquella nostalgia de lo que alguna vez fue.

Aunque ya hay rumores sobre una nueva secuela, lo cierto es que pareciera que lo mejor es congelar esta historia y volver a revisarla en un par de años. A veces está bien extrañar, y aquí es necesario.