Texto y fotos: Nicolás Aguirre Murray
Francesca Santoro Orge, ariqueña, criada en Antofagasta, Abogada (no ejerce, no ejercerá), actriz, música, 33 años.
El día viernes 4 de enero nos juntamos a eso de las 18:00 horas en un pequeño carrito de café de la Plaza Colón en Antofagasta. Conversamos largo rato y pasamos a la entrevista de algo menos de media hora. Las fotos las hicimos por casualidad en el Teatro Pedro de la Barra cuando pasamos al baño.
¿Nacida y criada en Antofagasta?
Nacida en Arica, pero me vine de nueve meses a Antofagasta y antofagastina de siempre, hasta hace cinco años que me fui a Santiago.
¿Cómo nace la actriz?
Mira, a mí me gusta decir que soy actriz… va a sonar muy cursi, pero yo soy artista, me gusta decirlo porque me dedico entre cincuenta-cincuenta, teatro y música. En eso divido mi tiempo. Soy muy actriz por una parte y soy muy música por otra parte, dedico tiempo y toda mi energía va para allá.
¿Alguna compañía de teatro?
Es una colectiva. Se llama Colectiva “La Jauría” [1] y es una colectiva de mujeres Feministas. De hecho con las chiquillas vamos a venir a presentar. La obra se llama Cuerpas en Guerra y venimos por Zicosur. Es mi primera colectiva y creo es la más importante. Con las chiquillas ya llevamos un año juntas. Ha sido un trabajo maravilloso, tenemos una obra muy linda que mostramos hace rato en Santiago. En otros lugares de Chile también. Ahora formo parte de otra compañía que se llama “La Descriteriá” [2] y a mitad del año 2019 vamos a presentar una obra llamada “Chicago Girls”.
Uy, ¿nos puedes contar un poco de eso? Se escucha interesante…
Sí, jaja. Es justo lo que te imaginas… Es una obra… una incursión que se trata sobre las señoras esposas de los Chicago Boys… de los famosos Chicago Boys eh… de los que estructuraron el neoliberalismo en Chile.
¿Fecha de estreno?
Aproximado… Julio o Agosto de este año 2019 en Santiago. Ahora, si nos invitan a Antofagasta nosotras felices.
¿Cómo nace la Francesca música?
La Francesca música, nace, a ver… Bueno, primero me gustaría decir que tuve el sueño de chica de ser música, también el sueño de ser actriz. Aquí se producen muchas cosas. Yo era de región y acá no existía teatro. Hoy en día hay teatro afortunadamente… por fin esta carrera hermosa en Antofagasta. Pero cuando yo decidí estudiar no existía en la UA. Los regionalistas, como el diario jajaja, no teníamos la posibilidad, ¿cachai? Ese es un tema muy del centralismo. En general las artes están muy centralizadas. Para una niña que soñaba con estudiar música o teatro era muy difícil por temas económicos ir a Santiago. Yo no tenía más posibilidades que estudiar las carreras que estaban acá. Entonces como yo era una niña muy buena para las letras y siempre tuve como “carácter” y esas cosas que se dicen, tuve que estudiar derecho no más. Y estudié derecho y me fue bastante bien, me titulé y bla bla bla. Pero siempre tuve el sueño de ser actriz y ser música. Entonces terminé derecho y trabajé un tiempo. No me gustó nada, me deprimí, fue terrible. Me enfermé de hecho y dije «quiero estudiar teatro como sea»…
Y lo lograste…
Me fui a Santiago, estudié teatro, fui muy feliz y me di cuenta que eso siempre fue lo que era mío. Que esa era yo y después apareció la banda Wentru, que es una banda regional que sigue en pie de lucha. De Wentru forma parte mi compañero de vida, mi pololo Daniel Latus, que es el bajista de la banda. Yo llegué como vocalista cuando se fueron a Santiago y ahí formó parte de mi vida también la música. Y me di cuenta de lo mucho que también me gustaba junto con hacer teatro. Y en el fondo yo ya estaba haciendo teatro, porque estaba estudiando cuando llegué a Wentru. Entonces, estar en los escenarios me hizo ver que había una patita que me faltaba, ya que estaba en los escenarios haciendo teatro, pero me faltaba lo musical. Estuve tres años como vocalista de Wentru y estuve muy feliz. Pero me di cuenta que, como todos los ciclos se cierran, tuve que cerrar el ciclo Wentru, ya que la música que hacía Wentru no se condecía con lo que yo quería decir como Francesca Santoro. Y fue muy lindo darme cuenta de eso y por las tardes agarré la guitarra en mi casa, allá en Santiago, por el año 2013-2014, por ahí… Con mucho miedo empecé a tomar la guitarra e hice algunas canciones que no le mostré a nadie, quizá a mi pololo… Renuncié a Wentru y armé Francesca Santoro y empecé a armar canciones y me decidí a crear el proyecto.
Cuéntanos un poco sobre tu música, de qué trata, qué aborda. Escuchamos algunas canciones con Regionalista, pero siempre hay algo más…
No sé qué otra cosa te podría decir que no interpretaron ustedes, pero yo siempre lo que digo de invertebrado que lancé el año pasado (en mayo aparece en las redes sociales)… yo tenía dos singles anteriores: “Tren” y “Pedazo de Vida”… toda mi música, lo que recorre mi música, el denominador común, es que tiene una oscuridad, es una palabra que a mi me encanta decir y la digo siempre. Hay una cierta oscuridad que recorre mi música, tanto desde las líricas, la melodía y la armonía. Esa oscuridad yo no la busco conscientemente. Es decir, yo no me propongo hacer canciones tristes, yo no digo “tengo ganas de hacer una canción triste”. Yo empecé a tomar la guitarra y me di cuenta que mis canciones eran así. Hice tres, cuatro, cinco canciones y luego las analicé, las vi de afuera y me di cuenta que mi música era un poco oscura. Cuando se la empecé a mostrar a otras personas me dijeron que sí, efectivamente era un poco oscura. Y dije “okey”, esta es mi línea y empecé a explotar eso. Y luego entonces, de la mano de los productores que trabajaron conmigo, que primero fue Grabriel Rammsy y luego Mowat, que hoy en día es un gran amigo y quien se encargó de levantar mi proyecto… Creo que hizo un gran trabajo con invertebrado. Él hizo que esa sonoridad oscura reluciera, renaciera y creo que lo hizo muy bien. Eso me gustaría destacar. Algo que me gustaría decir de invertebrado (se llama así porque es como una pelá’ de cable mía), es una defensa muy orgullosa frente a esta cosa muy posmoderna de una cierta obligatoriedad de estar siempre bien. Tener que estar siempre sobre la marcha y tener que estar frente a todo rol en la vida, de madre, si es que eres madre… de amiga, de trabajadora, de artista. Rol de lo que seas y tener que decir que siempre estás muy bien, siempre enérgica, siempre dándole, siempre bacán… siempre como que nunca está ese espacio para encontrarte con alguien en una plaza, como estamos ahora. Y que te diga «hola Fran, ¿cómo esta’y?». Y poder decir: «Sabí’ que estoy súper mal, estoy pasando por una nube negra y estoy muy deprimida». Y siento que en este mundo es muy difícil que alguien te responda eso, porque las personas te miran con una cara terrible, no saben qué decir. Invertebrado en el fondo te dice como ábrete a eso, a esos procesos, no es tan terrible que vivamos esos momentos oscuros en la vida. Lo que finalmente dice Invertebrado es que esos momentos oscuros y tenebrosos son hermosos en el fondo, son metafóricos, son lindos y son parte de la vida. Nadie está cien por ciento bien. Esas personas que dicen que está todo bien, las encuentro muy extrañas y peligrosas. Yo nunca estoy cien por ciento bien. Yo creo que uno siempre está un poquito bien y un poquito mal. Esa es la vida, es la defensa de Invertebrado.
Fue una respuesta un tanto diferente, uno no se lo espera, jajaja… Pasemos a la portada, ¿qué me puedes decir de la portada del disco?
El arte del disco lo hizo una gran diseñadora que se llama Dailiv [3] de DL estudios, que es su empresa. Lo que hizo fue recoger mis propuestas y me hizo esta oferta de… la portada es cien por ciento idea de ella… ¿Por qué el espejo? Bueno, por si no lo han visto, en el arte de Invertebrado estoy yo en el balneario el Quisco de la quinta región de Chile. Es un día nublado. Era febrero, pero estaba nublado, estaba perfecto para Invertebrado. No podía haber sol, jajaja… Estoy yo sentada en una roca. Como con el agua entre las rocas y yo me estoy mirando en un espejo, pero en el fondo estoy mirando a la cámara. Entonces se ve el reflejo. ¿Se entiende? Si lo quieren ver lo pueden buscar jajaja. Lo que hizo la diseñadora es un juego con… Hizo algo muy interesante. Ella es muy creativa, muy matea. Me pidió que le mandara las letras de Invertebrado en un word, donde hizo un paneo con todas las palabras que se repetían. Y se dio cuenta que había muchas palabras en mi disco que se repetían. Y había una palabra que se tendía a repetir y que tenía que ver como con auto mirarse, auto observarse. Como que había un rollo con el conocimiento, el descubrimiento. Y ella dijo: «¡Ya!». Ella venía con una volá’, una pelá’ de cables propia, que era eso con los espejos y me propone esto de mirarme yo al espejo. Pero en realidad miraba a la cámara y esto de la playa. La playa es una cita al norte, claramente. Soy nortina, jajaja… Yo estoy con un vestido, un tocado color café, lo cual es una cita al desierto. Eso es con respecto a la portada.
¿Alguna canción que te gusta más que otra o que te haga más sentido?
Sí… Creo que hay… Acá voy a hacer mucha trampa, me dijiste una…
Ya… Dos, jajaja…
Tengo una canción. Creo que «Decisión», que es la tercera canción de Invertebrado. Me pasa con ella que la empecé un año y la terminé un año y medio después. Dejé al principio una estrofa y la dejé ahí y siempre supe que iba a ser una canción importante. Puede que la encuentren muy mala, pero para mí ha sido importante, siempre lo supe. Pero no sabía como terminarla bien y la dejé ahí meses. Y luego pasó un año y llegó esto del disco y no la terminaba. Y casi como que tuve que proponerme terminarla. Y cuando la terminé, en el fondo «Decisión» terminó siendo para mi la canción que resume el espíritu de Invertebrado, tanto en el aspecto armónico, melódico y en la letra… El coro de «Decisión» dice: “Es una decisión abrir la ventana y morir un rato”. O sea, creo que es una gran metáfora de entregarse a Invertebrado, entregarse al dolor. Un poco… Otra canción que es mi gran orgullo, no en un sentido artístico para nada, porque no quiero que suene desde el ego, jajaja, puede que alguien la encuentre muy mala, pero para mi es un orgullo, porque es una canción muy política, porque es la primera canción del disco, porque es mi canción feminista… Esa canción quizás no tiene tanto el espíritu de Invertebrado, pero cuando la hice para mí era importante que estuviera sí o sí en el disco. Es, además, la más rockera por así decirlo, en un sentido musical. Cada vez que la toco en vivo siento mucha emoción. A veces me sobrepasa un poco, es algo muy fuerte.
Hablando de feminismo, ¿algún cántico qué te guste mucho?
A ver. Algún canto de marcha… ¡Me gustan caleta!… Pero uno que me acuerde ahora y que me guste harto… ¡Ya! Este me gusta, pero es medio largo… Es medio canto. Este lo enseñó una amiga hace un año, cuando lo cantamos con las chiquillas en Santiago. ¡Lo damos todo!… Dice así:
Mírala, que linda viene
Miralá, que linda va
Es la lucha feminista que no da ni un paso atrás
Si tu pasas por mi casa y tu ves a mi mamá
¿¡Qué le dices!?
Tu le dices que venga conmigo, que este movimiento no da ni un paso atrás (x2)
¿Tiene algo que ver la tristeza con tu vida? Algunas personas ligan la calidad musical a las vivencias…
Sí, mira es una buena pregunta. Yo te podría responder desde mi lugar, yo no tengo nada de eso. Yo me considero una persona con más privilegios que privaciones. Esa cosa de decirse clase media es re’ compleja… Por ejemplo, para mí fue imposible decirle a mi mamá y a mi papá que me paguen un departamento y los estudios, que me voy a Santiago. Eso no pudo ser. Pero no tuve una vida como sufridísima. Mis papás viven juntos, soy heterosexual. Pero también soy mujer. Sufro violencias por ser mujer. Pero creo que respondiendo, más que todo tiene que ver con que tan sensible sea uno, qué tan permeable. ¿Sabes qué? Creo que la respuesta es esta, desde mi lugar, es que cuan permeable sea uno a la vida, ¿cachai? Esto es muy Lisa Simpson. Yo de niña me sentí muy atormentada por la vida, siempre me sentí como que todo era muy sufrido, en la pieza escuchando Violeta Parra, Gavilán, a los catorce años llorando y casi como que matándome mirando una planta… Sentía esos dolores de la vida. Sufría mucho por amor… Ahora cuando me declaré feminista y tuve toda una comprensión de lo que era serlo, entendí lo que es el amor romántico y todo lo que nos meten en la cabeza a las mujeres, como la idealización de los hombres… pucha eso lo tengo de chica, toda la vida sufriendo por hombres… Hombres que idealicé, que miré desde otros lugares… Tuve unos ex pololos que eran unos idiotas, que les aguanté cosas que no debí haber aguantado. Pero, en fin… La respuesta es que tan sensible es uno a cómo mira la vida. Como ejemplo, siempre me sentí muy muy, muy vulnerable a las injusticias sociales. En el colegio yo era la comunista. Desde como los trece años yo no entendía mucho de eso, pero hasta cuarto medio fui la comunista… Cosas como esa.
¿Cómo te definirías a ti en una palabra?
Yo creo que… Intensidad… Esa es mi palabra.
- Lanzamiento Invertebrado en Antofagasta: 19 de enero a las 21:00 horas, dos mil pesos la pre venta, tres mil pesos en la puerta. Ocho personas en escena, música, show y sorpresas.
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