Ricardo Díaz Gobernador

Columna: Un Chile desquiciado

Por Esteban Velásquez, Diputado Frente Regionalista

Para nadie es desconocida la historia del salitre en nuestro país. Tampoco es desconocida la historia del cobre, que hasta nuestros días escribimos. Pero hay una historia que estamos aún por escribir, la historia del litio, que es la que marcará el futuro para nuestros hijos, nietos y sus familias.

Pero hemos cometido tantos errores en las dos historias anteriores, errores que en el salitre nos trajeron la muerte de cientos de trabajadores; y en la historia del cobre hemos visto el esfuerzo y sacrificio de cientos de familias que día a día salen a sus trabajos para sacar adelante al país, pero poco y nada queda para nuestras familias, para nuestra región y nuestra gente.

¿Seguiremos cometiendo este tipo de errores como sociedad chilena? No existe un verdadero Royalty que permita financiar a nuestros municipios y gobiernos locales. Y es que, el gobierno central definitivamente no escucha, aunque aparente hacerlo; ni siquiera es capaz de escuchar a sus gobiernos locales, su propia gente, entonces menos escuchará a los que somos gente corriente, gente de a pie.

Hemos sido testigos de la corrupción en su máxima expresión y vemos como en nuestra propia nariz van, vuelven y van los mismos agentes de la corrupción a empresas con que el Estado sigue celebrando acuerdos por los recursos naturales que son el futuro de Chile, de nuestros hijos y nietos y sus familias. Y nadie hace algo.

¿Hasta cuándo permitiremos que el Estado de Chile nos tenga en el olvido? El Presidente Piñera se declaró el Presidente de las Regiones en su primer mandato, nada vimos de eso. Vuelve Su Excelencia y al poco andar ya nada de recuerdos le quedó de las regiones en su discurso de inicio de gobierno; y en su cuenta pública no quedó más que en menciones, nada profundo.

Se olvidó, Su Excelencia, de su compromiso con la gente del norte, del prometido y nunca cumplido por usted Fondo de Desarrollo del Norte (FONDENOR). Como nortinos nuestra paciencia tiene un límite, y es que vemos cómo delante de nuestros ojos pasan años y años en que nuestro norte da todo por Chile sin recibir un solo porcentaje de los recursos que el centralismo absorbe asfixiando al ciudadano.

Ahora estamos a tiempo de escribir la historia del litio. El gobierno de turno tiene dos opciones, pasar a la historia como un gobierno que marcó un antes y un después en la minería metálica y no metálica en orden a los recursos naturales, o un gobierno que pasó sin pena ni gloria, más con pena diremos los nortinos.

¿No estamos los chilenos desquiciados para permitir estos errores del Estado contra nuestros hijos y su futuro? ¿Volveremos a repetir los errores del salitre y de cobre con el litio?

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