Como un fallo lamentable para la salud y el medio ambiente de las actuales y futuras generaciones de antofagastinos, calificó el Colegio Médico de Chile Regional Antofagasta, el fallo del Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta que este jueves rechazó la solicitud de invalidación de las resoluciones que permiten el funcionamiento del galpón de acopio de concentrado de cobre de la empresa Ati (grupo Luksic), situado en el puerto local.
A juicio del gremio médico, los habitantes de la comuna tendrán que continuar sufriendo las altas cifras de cáncer, por el peligro que representa la presencia de un acopio de arsénico y metales pesados en pleno centro portuario y sus respectivos transportes.
El organismo indicó que este tipo de decisiones demuestran la “falta de concordancia respecto de la esencia de un tribunal ambiental”, que en vez de velar por proteger el medio ambiente y la salud de toda una comunidad, “se escuda en una eventual falta de competencia”, brindando una nueva oportunidad de “manga ancha” a grupos empresariales.
Según los médicos, estas malas decisiones marcan el devenir sanitario de Antofagasta, que tras la contaminación con arsénico en el agua potable, sufrida entre 1958 y 1970, hoy sufre mediante la exposición a un producto minero ultrafino por sus calles, que sólo hoy posee un 28% de cobre y un 72% de metales pesados, de toda la tabla periódica de los elementos, con el consecuente daño que eso genera.
Finalmente, el gremio médico manifiesta que el fallo resulta a todas luces contradictorio, dado que deja de manifiesto la deficiencia en cuanto a la hermeticidad del embarque de concentrado de cobre por el puerto local, lo que se suma al sumario en curso por las 8,4 toneladas de polvo retirado de las calles de Antofagasta.
En este sentido, el Colegio Médico adelantó que acudirán a instancias superiores, como la Corte Suprema, para que el máximo tribunal del país, tomando en consideración el largo historial de sanciones de las empresas involucradas, haga prevalecer el imperio del derecho y proteja efectivamente a la comunidad antofagastina, cerrando definitivamente dichas instalaciones.