Con el 100% de las mesas escrutadas, los votos nulos y blancos se consolidaron como la opción mayoritaria en la región durante las elecciones de este 26 y 27 de octubre. Esta tendencia resalta un descontento generalizado, ya que la suma de 77.394 votos nulos y blancos superó la votación de los dos candidatos a gobernador regional que avanzaron a segunda vuelta: Ricardo Díaz, quien obtuvo 63.754 votos, y Marcela Hernando, con 61.119 votos.
La cifra llama la atención no solo en la elección de gobernador, sino también en las de alcaldes, concejales y consejeros regionales, donde los votos no marcados o anulados por los electores sobrepasaron en varios casos la votación obtenida por los candidatos. Este fenómeno revela una importante desafección política y plantea cuestionamientos sobre la legitimidad y el alcance de las propuestas políticas para una parte significativa de la ciudadanía.
El notable volumen de votos nulos y blancos pone en evidencia una crisis de representatividad y un distanciamiento de los ciudadanos respecto a las opciones presentadas. Analistas sugieren que este alto porcentaje de votos de protesta podría ser reflejo del desencanto hacia la clase política en su conjunto, una tendencia que ha ido en aumento en elecciones recientes en Chile.
Los resultados sugieren que una parte importante del electorado no encontró en las candidaturas propuestas que respondan a sus inquietudes, lo que abre un debate sobre la capacidad de los representantes locales para conectar con las necesidades de sus comunidades.
Frente a este escenario, los candidatos a gobernador que pasaron a segunda vuelta, Ricardo Díaz y Marcela Hernando, tendrán el desafío de movilizar a un electorado desencantado y reacio a participar. El balotaje, programado para el 24 de noviembre, será una oportunidad para ambos aspirantes de reconectar con la ciudadanía y abordar las causas que detrás del alto número de votos de protesta.