Movilicémonos para que se vaya Velásquez. Luchemos por una Asamblea Comunal Soberana para que el pueblo trabajador decida, y no los mismos de siempre
Columna de opinión Natalia Sánchez
La escandalosa filtración de cientos de páginas de un chat privado del alcalde con su equipo más cercano, profundizó -una vez más – la crisis municipal estructural que se arrastra hace años. No es más que la punta del iceberg.
Dichos discriminatorios sobre autoridades públicas y funcionarios municipales, contra dirigentes sindicales y sociales. Una nueva expresión del odio contra los trabajadores, sectores populares y migrantes: una dirigente social se entera de que el alcalde y su grupo comentan disponer de un sicario para callar la situación que ocurre en los campamentos, que los trabajadores de casa central se enteran de que la alcaldía busca podar su sindicato o que estaba dispuesto a contestar con gas pimienta, lacrimógena y personal policial para responder a las trabajadoras en huelga de Siglo XXI que cantaban “sin aseo no hay salud” para entrar al concejo a denunciar las condiciones de la salud pública en la comuna.
Esta mafia es mucho más real que sólo dichos, se expresa en la operación política contra las asistentes de aula por movilizarse junto a los docentes por las condiciones de las escuelas y liceos que se caen a pedazos. Una operación que no puede soslayar la responsabilidad entre el alcalde Velásquez, el secretario ejecutivo de la CMDS, Carlos Sánchez, y la directora de Recursos Humanos, Catalina Bravo.
Para quienes no saben, en varias escuelas los asistentes de aulas recibieron un sueldo de $15.000 este mes. Realmente escandaloso. Por otra parte, Ivette Gareca, presidenta del Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación fue demandada por desafuero sindical por la Corporación y Velásquez.
Jonathan Velásquez se debe ir, y para ello debemos impulsar la movilización y coordinación unitaria de docentes, funcionarios, trabajadores de la salud y educación, junto a todos los sindicatos de la ciudad, juntas de vecinos, comités de vivienda, estudiantes y movimientos sociales.
Pero no debemos confiar en quienes se dicen opositores. Entre medio empiezan las maniobras políticas y negociaciones de todo tipo. Sectores de la derecha, y como dejó entrever la editorial de El Mercurio Antofagasta, buscarán negociar todo para salir de la crisis defendiendo a Velásquez, cortando la cabeza a algunos miembros de su equipo, para así conservarlo.
Por otra parte, Apruebo Dignidad y la ex Concertación, coaliciones del gobierno de Boric, han planteado que la salida a esta crisis es la denuncia por “notable abandono de deberes” ante el Tribunal Electoral Regional. Es decir, que sean tres personas, que la población no eligió, las que decidan qué hacer con el alcalde, mecanismo que sólo muestra un régimen profundamente antidemocrático que deja fuera a las grandes mayorías de cualquier decisión. Nuevamente, quieren que todo el pueblo trabajador mire mientras las viejas instituciones deciden.
La crisis municipal no es nueva. Ya fue también Karen Rojo, y son 30 años de municipios que gestionan al servicio de las empresas con todo tipo de favores. Fueron también la Concertación y Derecha. No es sorpresa que hay un hoyo financiero de $4600 millones en la Corporación, déficit que afecta a salud y educación de una de las comunas más ricas, pero con alta precariedad en sus servicios básicos, comunidad afectada por las enfermedades de ser parte de zonas de sacrificio por el saqueo minero, entre otras problemáticas.
El PC, el FA, y por supuesto el PS, calculan como repartirse el municipio, nos hablan de participación y democracia, pero sin siquiera cuestionar los mecanismos autoritarios, por no decir monárquicos, de cómo funcionan la municipalidades, donde la decisión sobre una posible destitución la deben tomar los tres jueces del TER, que nadie votó en ningún lugar. Algunos ligados a las grandes mineras como Carlos Claussen experto en derecho minero y ambiental, es decir, un defensor del saqueo. Basta de cocinas, decisiones en las alturas y entre cuatro paredes. Es urgente que decidan los trabajadores y el pueblo de Antofagasta.
Para que esta crisis no sea canalizada a un nuevo recambio de los mismos de siempre, con un nuevo alcalde que siga ganando 7 millones de pesos y concentre todo el poder de la gestión y la obra pública, los privilegios básicos para la corrupción y el clientelismo con el que gobiernan los políticos empresariales; proponemos movilizarnos en unidad con todas las organizaciones sociales, sindicales, de trabajadores, juntas de vecinos y comités de vivienda, a todas las fuerzas que se dicen “democráticas”, para luchar por una Asamblea Comunal Soberana. Electa por sufragio universal con todos los mayores de 14 años, elección de un delegado cada 2 mil electores, donde junto con los trabajadores de la salud, educación, corporación y municipalidad, en unidad con los sindicatos, juntas de vecinos, organismos
deportivos, culturales, artísticos y del más amplio ámbito social, decidamos el rumbo de la comuna.
El Antofagasta olvidado, de trabajadores y pobladores, sigue acumulando problemas urgentes. La crisis municipal pone en la mesa el problema de quién decide, y queremos que sean las grandes mayorías, no los mismos de siempre.