USUARIOS FRECUENTES DE LA EMPRESA RECUERDAN IRREGULARIDADES EN EL SERVICIO DE LA COMPAÑÍA A CARGO DE LA MÁQUINA QUE DESBARRANCÓ EL PASADO 30 DE NOVIEMBRE EN CUESTA PAPOSO.
A una semana del trágico accidente de un bus de la compañía ‘Tur Bus’ que terminó con 21 vidas en la cuesta de Paposo, diversas han sido las repercusiones tras la tragedia. El pasado viernes la empresa anunció que cesará temporalmente su servicio desde y hacia Taltal, después de que varias máquinas fueran atacadas.
A raíz de este hecho, diversos han sido los comentarios tanto en redes sociales como en el boca a boca acerca del servicio que brinda la empresa fundada en 1948 y que lleva más de 20 años en el mercado regional luego de su arribo a Antofagasta a mediados de los años 90. Sin bien la empresa brindó apoyo logístico a horas del accidente, eso no ha ayudado a calmar los ánimos.
El pasado viernes, los taltalinos realizaron una protesta en el frontis de la subagencia, pidiendo el cese permanente de sus operaciones en la zona, oportunidad en la que gritaron consignas en contra y realizaron rayados en el lugar en respuesta a la peor tragedia de este tipo en la segunda región desde el accidente de un bus internacional en 2012.
Monopolio
Guido Rojas, nacido y criado en Taltal, estudia desde hace cinco años en Antofagasta, la misma realidad que hasta hace una semana vivía su amiga Leslie Arredondo, estudiante de nutrición y dietética que estaba a solo días de terminar su práctica profesional y que esa fatídica noche formó parte de las 21 víctimas de la tragedia que golpeó profundamente a la comunidad.
Como Leslie, Guido es un frecuente usuario de la empresa, la que según él contaba con el ‘monopolio’ en la comuna debido a que a diferencia de otras empresas de transporte, la oferta de horarios era más variada, lo que hasta hace una semana hacia de Tur Bus la agencia predilecta entre los taltalinos. Sin embargo, tras el choque esa preferencia se desvaneció.
“Personalmente me gustaría que esa empresa dejara de operar, porque si vemos en internet, el historial de accidentes que ha tenido en Chile es largo y nunca han respondido concretamente por ninguno. Lamentablemente hoy fue el turno de nosotros los taltalinos de engrosar esa lista”, indicó.
Además de la enorme pena y conmoción que le significó perder a amigos y conocidos, para el joven estudiante el accidente representa también una necesidad de cambios tanto en la capacitación hacia el personal de la empresa y cuestionar la habilitación de la ruta para el descenso de este tipo de vehículos.
“Yo espero que las autoridades tomen medidas hacia ellos (Tur Bus), porque aquí se habla mucho de la inexperiencia del chofer, en la bajada había pistas de emergencia y yo creo que hubo pánico del conductor en ese momento, porque igual se dice que el chofer no conocía esa ruta. Hay mucho peligro en esa cuesta y muchos vehículos pasan ahora por la ruta 5, si bien es una hora más de viaje, el riesgo es menor”, agregó.
Desconfianza
Otra usuaria del servicio de Tur Bus es la calameña Paula Cortés, estudiante de Química y Farmacia quien desde 2016 viaja constantemente entre Calama y la capital regional. Ella confiesa que desde el accidente de Paposo su desconfianza aumentó hacia la empresa. Señala también que más de una vez vivió problemas y contratiempos con los buses, desde quedar detenidos en medio del desierto por algún desperfecto, hasta no tener cinturones de seguridad en los asientos.
“Después de lo que pasó justo tuve que hacer un viaje a Antofagasta, igual iba ‘psicoseada’ de que podía pasar algo parecido a lo de Taltal, a pesar de que ya conozco la ruta, pero uno nunca sabe que puede ocurrir. Iba muy nerviosa y fijándome en cada movimiento brusco que hacía el bus. Me parece terrible el hecho de que muera gente en recorridos que deberían ser seguros”, expresó.
Problemas recurrentes
Entre las quejas más recurrentes hacia el servicio de la compañía, los usuarios destacan las ‘panas’ de las maquinas, los retrasos en horarios, el exceso de velocidad en algunos recorridos, fallas en los cinturones de seguridad, entre otros inconvenientes. Para Paula las panas ya son un asunto conocido en los años que lleva viajando con la empresa privada.
“Más de 10 veces nos hemos quedado en pana con Tur Bus y si no es así son pasajeros de otros buses que se suben al nuestro por lo mismo. Cuando era más chica también solía ocurrir muy seguido con ellos. Hay veces en que he viajado tipo 6 o 5 am y es muy común que a esa hora ni siquiera parta o ni siquiera llegue el bus a tiempo al terminal”, agrega.
“Una vez me tocó un bus sin cinturón de seguridad, por lo que me sentía verdaderamente incómoda. A un amigo también le pasó, él no se quedó callado y reclamó sin tener solución alguna. Prácticamente nuestras vidas están en mayor peligro sin el cinturón. La verdad es que siempre que viajo imagino la posibilidad de que algo pueda pasar y que la empresa no se haga cargo de nada”, comentó la estudiante.
Punto ciego
Una de las dificultades que hubo en el rescate de la máquina de dos pisos accidentada en Taltal fue la nula cobertura móvil en la zona, hecho que incluso llevó a un sobreviviente a caminar más de 3 kilómetros para dar aviso sobre el hecho.
Para Guido, la nula señal en la cuesta fue un contratiempo que incluso él mismo vivió cuando Tur Bus lo llevaba de vuelta a Taltal y se quedó detenido tiempo después de entrar a la cuesta.
“Recuerdo que en una oportunidad nos quedamos en pana justo antes de entrar a la cuesta Paposo. Es un lugar en donde no hay señal móvil y quedó demostrado con el accidente que ante un choque no tienes para avisar. Ese día viajé a las 20 horas desde Antofagasta, con la pana terminamos llegando a las 3 de la mañana sin señal para llamar a mi familia, estuvieron muy preocupados esa vez”, recuerda.
Suspensión del servicio
Tras los ataques con huevos, rayados y el profundo descontento local, Tur Bus anunció la suspensión indefinida de su itinerario desde y hacia Taltal, medida que según la empresa se mantendrá hasta nuevo aviso, todo mientras vecinos, familiares y amigos realizaron los funerales de los fallecidos en este trágico hecho.
Jorge Ochoa Bugueño 
Redacción