El bingo es uno de los juegos de azar más populares. Tiene reglas sencillas, fáciles de seguir para todo aquel que tenga ganas de pasar un buen rato y no exige experiencia alguna. Pero es, sobre todo, un juego con historia; se distingue en la oferta de juegos que hoy ofrece el frondoso universo del entretenimiento por ser un juego tradicional que atraviesa generaciones.
Es cierto que los modos de jugarlo han cambiado y la oferta de bingo se ha diversificado con la llegada de internet. Las plataformas y páginas de juego ofrecen mesas virtuales para jugar en línea. Puedes encontrar todas las opciones de casinos con bingo en el análisis de Estafa.info, sumamente útil para acceder desde Chile a sitios seguros y de primera calidad.
Pero los casinos online no son la única puerta de entrada al bingo. Hablamos de un juego que ha tenido, y todavía tiene, un rol social en muchas poblaciones e incluso en algunas instituciones. Es un juego que teje hilos conectores en la sociedad; abuelos que juegan con sus nietos, maestras que lo utilizan para enseñar en sus clases… el uso del bingo se diversifica, pero su esencia a lo largo de los años sigue intacta.
El origen del bingo
Las raíces del bingo nos llevan desde Latinoamérica hasta el continente europeo, en donde todo comenzó. Según los historiadores el juego nació en Italia, en el siglo XVI. Era conocido como “Il Gioco del Lotto d´Italia” y su dinámica era bastante similar en tanto que consistía en el sorteo de bolas o fichas con números que luego los participantes tachaban en sus cartones.
De todos modos, podemos imaginar que se trataba de versiones menos sofisticadas a las que se pueden encontrar hoy en día. El juego se hizo rápidamente conocido y llegó a Francia en el siglo XVIII bajo el nombre de “Le Lotto”. En estas tierras era mayormente disfrutado por la aristocracia, aunque no tardaría en expandirse hacia Alemania en donde, en el siglo XIX, tomó el cariz de instrumento pedagógico.
Las maestras lo utilizaban para enseñar asignaturas tales como matemática y ortografía del lenguaje. Este fue un punto de inflexión en la historia del bingo: dejaba de ser un juego reservado para cierto segmento de la población para pasar a ser un juego con potencial para un área de la vida tan importante como la educación. El bingo ya comenzaba a perfilarse como lo que es: un juego que une generaciones.
La historia sigue. En 1920 llegó a Estados Unidos, en donde se lo jugaba con porotos, que en inglés se les denomina “beans”. En 1929 un vendedor de juguetes llamado Edwin Lowe decidió comercializarlo. Se dice que un jugador confundió el nombre y en lugar de gritar “beano”, grito “bingo” al ganar. Desde entonces, el bingo fue mutando hasta llegar a hoy.
Un juego que no pasa de moda
La historia del bingo es verdaderamente interesante. No solo nos lleva por los diferentes continentes sino también por las costumbres de las sociedades de aquel entonces. El bingo nos muestra que hay algo que no cambiado: el entretenimiento ocupa un rol centra en la vida de las personas, desde siempre.
El mundo ha cambiado significativamente desde el siglo XVI. Probablemente haya sido imposible de imaginar cómo se vería el mundo por estos tiempos, con tanta tecnología y pantallas que nos sumergen en experiencias de juego híper inmersivas. De todos los juegos de antaño, el bingo sigue siendo un juego que une a las personas en momentos de ocio.
Incluso con el rol de las redes sociales como nuevas plataformas que determinan nuestras formas de relación, sigue habiendo instancias que no pasan de moda y que organizan la vida social. El bingo arrastra cierta nostalgia que convoca desde adultos mayores hasta jóvenes a divertirse con la suerte en celebraciones, eventos familiares y/o escolares.
Bingo online, la nueva tendencia
En los tiempos que corren, gran parte de la población se vuelca hacia las plataformas digitales para encontrar con qué divertirse. Por eso, hoy podemos encontrar una variedad de sitios que ofrecen bingos online; una opción que se ha vuelto muy popular en Chile. Sin embargo, los bingos que proponen sitios tales como los casinos online tienen diferencias sustanciales con el bingo tradicional de cartón.
En primer lugar, ofrecen funciones como multiplicadores que agregan capas de emoción al juego, pero también cierta complejidad. Muchos usuarios desconfían del componente azaroso cuando se trata de bingo online. Pero, si el operador está regulado y es seguro, no hay de qué preocuparse, ya que los juegos re rigen por un Generador de Números Aleatorios (RNG) que arroja resultados justos.
El bingo en vivo es un boom. Permite a los usuarios jugar desde casa, pero con un crupier profesional que canta los números del otro lado de la pantalla. También lanzan torneos especiales que son organizados con público diverso. Este formato perpetúa el carácter social del bingo, con los participantes pudiendo interactuar con jugadores de diferentes partes del mundo.



