Teatro, túneles y apariciones fantasmales: los misterios más inquietantes de Antofagasta

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Antofagasta no solo guarda relatos de minería, desierto y mar, también tiene su lado sobrenatural. En sus calles más antiguas habitan historias de misterio y sonidos imposibles de explicar. En el marco de las celebraciones de Halloween, recopilamos algunos de los casos más conocidos del imaginario local. Desde las apariciones en el Teatro Pedro de la Barra, hasta los misterios en torno a la fortuna de la familia Camus, entre otros.

En el antiguo teatro universitario, una actriz que murió trágicamente antes de su debut sigue apareciéndose entre los camerinos. Técnicos y estudiantes de teatro han dicho escuchar pasos, risas y sentir cambios bruscos de temperatura durante los ensayos nocturnos. Algunos afirman que al menos dos almas en pena deambulan por el lugar.
En el antiguo teatro universitario, ubicado en Condell con Baquedano, se dice que una actriz fallecida trágicamente antes de su debut continúa apareciéndose entre los camerinos. Técnicos y estudiantes de teatro relatan haber escuchado pasos, risas y sentir bruscos cambios de temperatura durante los ensayos nocturnos.

El exdirector de la compañía teatral de la Universidad de Antofagasta, Ángel Lattus, asegura que hay señales inequívocas de que “algo extraño” ocurre. “La presencia del maestro Pedro de la Barra, fundador de la compañía, muchas veces se hace sentir. Durante el estreno de La reina Isabel cantaba rancheras sentí su presencia; al mirar al fondo del escenario, lo vi sonriendo, como en sus mejores épocas”, relató.
En otras ocasiones, los actores escuchan martillazos o pasos en la sala de escenografías. Al bajar a revisar, no hay nadie.

La casa Camus y los túneles bajo el Cementerio General

En la época, la fortuna de la familia Camus era sumamente codiciada por los habitantes. A raíz de esto, múltiples rumores comenzaron a circular en torno a ellos. Hay historias de un pasadizo que conecta el Cementerio General con la costa o con antiguas casonas del centro, utilizado por contrabandistas o en ritos ocultos.
La casa Camus, edificio estilo neoclásico conocido popularmente como “El Castillo”, construida en 1913 por el arquitecto español Jaime Pedreny, es merodeada por mitos que relatan que este edificio estaría conectado con el mausoleo de la familia.

Vecinos y transeúntes aseguran escuchar acordes de violín provenientes del interior de la casa, atribuyéndolos al espíritu de un niño que, según la leyenda, murió allí tras una larga enfermedad.
Otros hablan de una figura femenina, posiblemente una prostituta que habría terminado con su vida en el lugar, y dos masculinas: una de ellas, un prisionero político ejecutado en sus rejas durante la dictadura.

Luis Camus Humeres, primer dueño de la mina San Luis de Chuquicamata, falleció producto de un fuerte golpe en la cabeza en el Pique Balmaceda en 1905, y fue enterrado en el mausoleo de la familia Camus. Se cree que existe una unión subterránea que conectaría al mausoleo con la casona ubicada en Avda. Argentina con Bolívar.

También se creía que existiría otra cueva, donde supuestamente vivía un vampiro. Todas estas leyendas surgieron porque se pensaba que Camus guardaba su fortuna en el mausoleo, por el grosor de sus murallas. A diferencia de los demás, este en especial tiene solamente los nombres de los supuestos fallecidos, sin fechas de defunción.

A lo largo del tiempo, la Casa Camus ha pasado por diversas manos y usos. Décadas más tarde, el inmueble fue adquirido por empresarios locales, entre ellos la familia Bustamante. Con los años, la casona también fue utilizada como residencia particular, oficina comercial y espacio artístico, lo que contribuyó a su deterioro y al nacimiento de numerosas historias sobre apariciones y sonidos inexplicables.

Vecinos cuentan que, desde la década de 1940, a medianoche exactamente, alguien toca el violín en la habitación más alta de la casona. El sonido se mezcla con gritos y golpes que estremecen a quienes pasan por el sector. Algunos creen que el violinista es el espíritu de un niño enfermo que vivió y murió en el lugar; otros aseguran que podría tratarse de un alma atrapada por los antiguos túneles que, según la leyenda, conectan la casa con el Cementerio General y el mausoleo de la familia Camus.

La Primera Compañía de Bomberos

El cuartel de la Primera Compañía de Bomberos de Antofagasta, ubicado en calle Sucre, fue declarado Monumento Nacional en 1992. Este lugar también narra historias paranormales.

El “Fantasma de los pantalones blancos” sería un voluntario que habría muerto en el cuartel en la década de 1940. En esa época los bomberos usaban pantalones blancos y chaquetas rojas. Según los relatos, su espíritu sigue “visitando” el lugar, especialmente en las madrugadas, cuando pasos y ruidos inexplicables son comunes.

El superintendente de Bomberos, Fernando Jara, relató un hecho que aún no logra explicarse: “Una vez un carrobomba se movilizó solo. Estaba cerrado y con el freno de mano, pero fue maniobrado por alguien. Si hubiese chocado, lo habríamos entendido… pero se movió sin razón aparente. Es un verdadero misterio”, confesó.

La Segunda Compañía, en tanto, también tiene su propia presencia. En su sede de 21 de Mayo con Costanera, los voluntarios aseguran escuchar un piano que suena solo.

Pamela Varas, bombera y testigo, dijo: “Dicen que es un excompañero bromista que tocaba el piano. A veces se escuchan las notas en el piso superior, como si siguiera ensayando desde otro mundo”.

Así, entre las paredes remodeladas del Teatro Pedro de la Barra, los pasadizos secretos de la Casa Camus y los escalones de la Primera Compañía de Bomberos, Antofagasta revela un lado que pocos se atreven a explorar.
Fantasmas, violines que suenan en la noche y presencias que desafían la lógica conviven con la memoria urbana de la ciudad, recordándonos que, incluso en lugares cotidianos, el misterio y lo sobrenatural pueden estar a la vuelta de la esquina.