“No se van los que se aman”: En Chacabuco estrenarán obra de danza y artes mediales

Una nueva producción estará de gira durante esta semana en la región, con funciones en las localidades de Sierra Gorda, Baquedano, María Elena y Chacabuco, ésta última como parte de la programación de actividades del concierto que Manuel García dará el viernes 22 de marzo en la ex-salitrera y campo de concentración.

Esta obra, creada por el Colectivo Matar a un Panda, gracias al apoyo de la Fundación Cultural de Sierra Gorda, destaca por la proyección de actuaciones de cuerpos pregrabados sobre una estructura de gran formato, a través de tecnologías multimediales, que cita la experiencia colectiva de más de 1200 detenidos que pasaron por el campo de concentración de Chacabuco entre 1973 y 1975, los primeros años de la dictadura militar.

Tras tres meses de intensa investigación y montaje, en esta obra convergen los testimonios de quienes han sido parte de las historias de este paisaje, desde las familias pampinas descendientes de pirquineros hasta los mismos detenidos que en su momento llegaron por la fuerza a habitar la ciudad abandonada.

Carla Redlich, directora de la obra, comenta que “estos hechos, más allá de detenernos en un período de tiempo, conducen nuestra mirada hacia el habitar y la resistencia del ser humano ante condiciones hostiles, cuya traducción, en este caso, es un paisaje  inhóspito que evoca –cual novela futurista– posibles escenarios venideros en un contexto de colapso planetario. Nos preguntamos, entonces, por el ser humano y su capacidad de adaptación e insistencia, no solo como un acto de supervivencia sino también como un acto de amor”.

Pensada en el marco de los 50 años del golpe militar, “No se van los que se aman” toma el nombre de un poema de Wilfredo Dorador para elaborar un relato de inspiración libre sobre la memoria de este espacio. Ángel Arias, colaborador en el levantamiento de testimonios y ex-prisionero del lugar, cuenta que “Chacabuco, entre los centros de detención, fue el único emplazado sobre el diseño de una ciudad. Contra todo pronóstico, esto nos permitió a nosotros, sus nuevos residentes, organizarnos y crear una red comunitaria resiliente que aún perdura entre los que sobrevivimos».

Jean Didier, diseñador visual del colectivo, lo explica de la siguiente manera: “Así como ellos, son muchas y diversas las comunidades de personas que han nacido bajo el cielo estrellado del desierto. Y todas han debido enfrentar la aridez, la resolana, el ardor, el frío y el viento salado, condiciones que hacen patente la necesidad de sobrevivir con ayuda del otro. Creemos que detener la mirada en la experiencia de las comunidades asentadas en el desierto puede detonar las preguntas necesarias para enfrentar lo que viene, dado que la crisis climática que vivimos hoy nos avisa que ese puede ser un paisaje futuro para todos”.

Con un equipo nutrido de miembros entre la ciudad de Antofagasta y Santiago, el Colectivo ha podido levantar una propuesta que es capaz de captar la mirada y la atención de sus espectadores. “Ante la indiferencia sensitiva a la que estamos sometidos en la actualidad producto del bombardeo de imágenes e información al que estamos expuestos, nosotros como colectivo artístico buscamos recuperar, por medio de la luz y el sonido, el sentido de la experiencia”, indica Carla.

Junto con el apoyo de la Fundación Cultural de Sierra Gorda, esta obra es una iniciativa financiada por el Gobierno Regional de Antofagasta, con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, FNDR 8% Cultura, por un monto de $18.026.051 aprobados por el Consejo Regional de Antofagasta, año 2023.

Artistas en instagram: @mataraunpanda_escenico

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