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Columna | Paro del Colegio de Profesores y Profesoras de Chile: ¿Qué hacemos en Antofagasta?

Para enfrentar el paro docente deben cambiar un poco las miradas en cuanto al cómo lograr unas mejores condiciones que permitan negociar en mejores términos a favor de los logros que necesitamos alcanzar desde el magisterio.

En este sentido, considerando que las demandas como la deuda histórica, el pago de las menciones a educadoras/es de párvulos y educadoras/es diferenciales, y la agilización y prolongación del bono al incentivo al retiro (que son las demandas económicas priorizadas en esta negociación) son demandas que dependen del erario nacional y de recursos económicos que el país no tiene (sea también porque hay recursos destinados para otros fines), urge que el Colegio de Profesores y Profesoras de Chile genere una negociación a través de una mesa tripartita donde se encuentren presentes la cartera del ministerio de Hacienda y la cartera del ministerio de Educación, puesto que esta última por si sola solo puede comprometer envíos de proyectos de ley y no cuestiones que pudieran tener mayor velocidad, como un compromiso de inclusión directa en la ley de presupuesto nacional para hacer pago efectivo de aquellas necesidades.

Por otra parte, es necesaria también una adhesión numerosa, una presencia manifiesta en el espacio físico y digital del profesorado, para que las negociaciones puedan dejarnos en un mejor pie. Cualquier paralización, sobre todo un paro indefinido, es una demostración de fuerza para que las negociaciones tengan un mayor cauce en favor de -lo que es nuestro caso- los profesores/as de nuestro país. Si esto no ocurriera así, no conseguiríamos mucho más de lo que ya nos respondieron. En eso hay que ser absolutamente francos y responsables.

Ahora bien, considerando la envergadura y la prolongación histórica que poseen las demandas instauradas por nuestro Colegio, es importante tener en cuenta que la presión ejercida no solamente debe estar centrada en el gobierno, sino que la fuerza debe dirigirse hacia el Estado en su conjunto. Lo anterior, considerando que los proyectos de ley los revisa el parlamento, y considerando que hay fuerzas reaccionarias y conservadoras en él, fuerzas que se han mostrado sistemáticamente contraria a los avances de los derechos de los trabajadores de la educación. Por este motivo, la presión ejercida también debe ocurrir hacia el parlamento, porque no es descabellado ponerse en el lugar de que podemos cerrar una negociación con el gobierno en buenos términos, pero quedar entrampados en la discusión parlamentaria (o entrampados en el no pago del bono al incentivo al retiro por parte de, en nuestra caso, CMDS).

La presión también debe ser ejercida hacia los gobiernos locales, los SLEP y los municipios; las directivas territoriales, regionales y comunales también deben dedicarse a hacer política local. Es decir, deben superar la lógica centralista y pasar, de manera creativa, a una ofensiva local para el logro de nuestras demandas. Esto se ha hecho en otros lados, como en Buin, donde desde el 2019 a nivel local se ha logrado el pago de la mención a educadoras/es diferenciales; como en Recoleta, en donde se ha disminuido el agobio laboral docente y la violencia escolar; como en María Elena, en donde se ha pagado la Deuda Histórica. A razón de lo último, ¿cuándo decididamente le cobramos el compromiso de campaña a Jonathan Velázquez en cuanto al pago de la deuda histórica en nuestra comuna?

Se hace necesario que el Colegio de Profesoras y Profesoras de Chile, si realmente estuvimos y estamos decididos en la escalada de la movilización que estamos viviendo, con la categórica convicción de que podremos lograr mejores resultados, actúe como un solo cuerpo. Debemos demostrar cualitativa y cuantitativamente nuestra real fuerza, buscar soluciones descentralizadas a las problemáticas y, a la vez, comenzar a hacer política local para la consecución de ellas.

Si el cuadro anterior no se da, partiendo por si la adhesión se desinfla o porque no hay realmente una mayoría abocada a la paralización de los centros de trabajo, el paro indefinido no tendrá mucho sentido y no podremos lograr resultados mejores que los obtenidos en la respuesta del pasado 18 de agosto.

By Raúl Roblero Barrios

Raúl Roblero Barrios es profesor y secretario del colegio de Profesores de Antofagasta.

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