El ex comandante en jefe del Ejército, Óscar Izurieta, reconoció haber desviado dineros que tenían como fin actividades de inteligencia, asegurando que fueron ocupados para costear actividades ajenas a la institución, entre ellas los pedidos y atenciones de la familia del fallecido dictador Augusto Pinochet.
Esta información fue revelada esta tarde por La Tercera PM, medio que hace alusión a la resolución de la ministra en visita Romy Rutherford, quien decidió procesar al ex jefe militar, investigado por malversación de caudales públicos y falsedad de documento militar por el uso de gastos reservados de la institución.
En su testimonio ante la jueza Rutherford, Izurieta detalló que «en sus primeros años parte de los recursos de gastos reservados iban al general Pinochet y su familia», afirmando que el dictador «gastaba mucha plata, porque era una persona que mucha gente hubiese querido que muriera antes de su muerte natural».
El procesamiento plantea también que «estos altos gastos» se debían a que, por la intención de cuidar a Pinochet, había que «tener personal a su disposición, como médicos, enfermeros, escoltas».
Según el medio antes citado, el vínculo con la familia Pinochet se mantenía a través de la Comandancia Guarnición del Ejército de la Región Metropolitana, donde «se encargaban de mantener todo el sistema de escolta, de salud y de apoyo de la gente que custodiaba y atendía al general Pinochet».
Según la misma publicación, el ex comandante en jefe del ejército afirmó que se partió con «una cantidad gigantesca de personal» para atender los requerimientos de Pinochet, siendo disminuido con el pasar de los años, aunque aún así «con este fin se destinó una cantidad importante de recursos de gastos reservados».
Izurieta también habría admitido ante Rutherford que «a veces la señora del general Pinochet (Hiriart) lo llamaba solicitando alguna ayuda económica y reconoce que le entregaba los recursos o se los enviaba con alguien», un hecho que se dio «quizá en dos ocasiones en que le entregó un millón de pesos cada vez».
Actividades con la prensa y matrimonios
Izurieta comentó además que los gastos reservados fueron también utilizados para realizar actividades con editores, periodistas y columnistas, asegurando que tenían el fin de relacionarse de buena manera con los editores generales de los distintos medios de comunicación y anticipar informaciones que pudieran afectar la «imagen» del Ejército.
Según la misma publicación, el ex jefe castrense habría afirmado que él lideró una idea para crear un modelo de regalos para matrimonios de militares, un formato que clasificaba los regalos «con las letras ‘A’, ‘B’ y ‘C’, según la persona que se casaba o quien enviaba la invitación. El regalo ‘A’ era una cuchillería que costaba 90 mil pesos aproximadamente y de ahí hacia abajo».