Por Mohamed Charbi
Profesor y doctorando en la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah-Fez, Marruecos
Para nadie es un secreto que el mundo entero está viviendo, actualmente, sus peores momentos en el sentido más amplio de la palabra. Nos referimos al “Corona virus” que ha molestado, y sigue persiguiendo a la mayoría de manera aplastante a los países del mundo. Está causando, además, una ruina sin precedentes puesto que sigue matando a muchas personas diariamente. Hasta hoy, nadie ha logrado construir un arma adecuada que nos ayude a poner fin a este enemigo invisible. En fin, la capacidad del COVID-19 supera con creces la del ser humano.
Para aliviar el impacto de este virus, los países afectados están haciendo todo lo que esté a su alcance tomando una serie de medidas preventivas. Hablemos, por ejemplo, de Marruecos. Este país ha dado una imagen muy positiva y brillante en lo que a las medidas asumidas, se refiere ya que ha demostrado que es capaz de controlar adecuadamente cualquier enfermedad. Marruecos ha sabido aplicar muy bien el consejo que nos da este refrán: “Más vale prevenir que curar”.
Este país magrebí, cuando el Corona virus ha empezado a entrar en su territorio, no ha pensado ni en la economía ni en el turismo, pero sí en sus ciudadanos, tanto los que están dentro de Marruecos como los que viven fuera del país. Todo se puede recuperar, por cierto, excepto, los seres humanos. De entre las medidas tomadas en este país para luchar contra la propagación de esta pandemia universal, se puede mencionar las siguientes: suspensión de las clases presenciales y sustituirlas por otras a distancia, cierre de las mezquitas o lugares de culto, cierre de las fronteras marítimas y aéreas, imponer la cuarentena, suspensión de los viajes nacionales, limpieza y desinfección de lugares públicos y privados, creación de un Fondo Especial para la Gestión de la Pandemia Covid-19, la construcción de varios hospitales de campaña, la obligatoriedad de llevar mascarillas de protección, etc.
En cuanto a las mascarillas protectoras, las autoridades marroquíes decidieron la obligación del uso de estas mascarillas faciales a partir del martes 7 de abril para todas las personas autorizadas a desplazarse fuera de su lugar de residencia en caso de necesidad urgente (como el tratamiento médico, la compra de comida, entre otros).
Con el fin de garantizar la disponibilidad de estas mascarillas en cantidades suficientes, las autoridades marroquíes han movilizado un conjunto de industrias nacionales para abastecer el mercado nacional con estas mascarillas protectoras que se venden a 80 céntimos de dírham (0,07 euros) por unidad. Este precio se sostiene mediante el apoyo del Fondo Especial para la Gestión de la Pandemia de Covid-19.
La razón es una sola: el uso de mascarillas es un deber. Con arreglo al artículo 4 del decreto-ley 2.20.292, las sanciones a las que se enfrentan los infractores van desde multas de entre 300 y 1.300 dírhams (entre 25 y 115 euros) y penas de prisión de uno a tres meses. Se considerarán infractores, también, a los que inciten a los ciudadanos a no ponerse esas mascarillas, ya sea en el espacio público como por medio de las redes
sociales o por cualquier medio propagandístico.
Antes de concluir, hay que señalar que Marruecos ha registrado, desde la extensión del Covid-19 hasta el día jueves 9 de abril, 1.374 casos confirmados de contagio de Coronavirus, de los que 97 han fallecido y 109 han sanado, según el Ministerio de Sanidad del país.