Estimado director:
Desde hace un tiempo considero que vivimos en una especie de dictadura y no lo digo en sentido figurado. Las dictaduras siempre han evolucionado, a lo largo de la historia, para validarse con la gente y con los países extranjeros.
Tenemos un presidente, partidos políticos y un congreso con nula aprobación y por tanto sin representatividad, medios de comunicación pauteados, ataques provocados por adherentes al rechazo vistos el sábado, episodio donde resultó golpeado el periodista Rafael Cavada, donde la policía no solo resguardó a quienes cometían los actos de violencia, sino también hicieron vista gorda con los mismos.
Para nadie ya es curioso que esa misma policía es la que ataca, mutila y mata a personas que demuestran su malestar con el sistema y el modelo.
En fin, sobran los ejemplos para demostrar que no vivimos en una democracia como la quieren hacer pasar y que sorpresivamente siguen en el poder los mismos: un presidente incapaz en todo los sentidos posibles y un congreso que le sigue aprobando las leyes o que al menos, las discute. Vayanse todos y todas.
Alejandro Cataldo Díaz
Estudiante de Administración pública.