El Sindicato de Trabajadores de Minera Spence reaccionó tras el anuncio del grupo BHP que adelantó un paquete de medidas tras el estallido social que comenzó el 18 de octubre. El grupo económico informó que aumentará el sueldo mínimo a $500 mil brutos a contratistas y subcontratistas y también la reducción del plazo de pago a proveedores.
«Lamentamos la demora en la reacción y que empresas de este tamaño y con grandes utilidades, deban ser presionadas a través de la movilización social para revisar su comportamiento como empleadores y como mandantes de empresas contratistas», señalaron.
«El trabajo bajo régimen de subcontratación en la industria minera ha llegado a todos sus niveles, incluso a las labores propias del rubro. Esta modalidad ha precarizado los estándares laborales de los trabajadores subcontratados, y aunque se responde habitualmente que se cumple con la normativa laboral, el resultado de dicha norma es ejemplo vivo de la molestia que subyace tras las movilizaciones sociales, la desigualdad, en este caso entre trabajadores de 1era, 2da y hasta 3ª categoría», agregaron.
Asimismo, desde la organización sindical exigieron a BHP transparentar el número de contratistas que se verían beneficiados con la medida anunciada, recalcando que es importante que estos ajustes se realicen con recursos privados y no con subsidios estatales.
«Pero no debemos olvidar que en la norma chilena el empleador de los trabajadores contratistas es la empresa subcontratada y no las mandantes, como Spence, Escondida o Cerro Colorado, por ello el compromiso de BHP debe ser modificar sus criterios de licitación y privilegiar a empresas independientemente del costo para la mandante y dejar de priorizar a las contratistas más baratas», precisaron.
También plantearon que es relevante que la industria minera «termine con el trabajo bajo régimen de subcontratación y que deje de ahorrar a costa de la desigualdad salarial y de las condiciones laborales que produce el subcontrato. Las empresas mineras deben estar dispuestas a ganar un poco menos de sus grandes utilidades por el bien de sus trabajadores y familias y aceptar que la tranquilidad de sus trabajadores aporta algo que se valora cuando se pierde: la paz social».
«La paz social se construye con mejores leyes y autoridades, pero también con empresas, consorcios y transnacionales que muestren mayor generosidad. No bastan anuncios para mejorar la imagen, deben aceptar que sin trabajadores no hay producción, no somos
un gasto, somos tan importantes como el capital financiero. Basta de fomentar la desigualdad que produce el trabajo bajo régimen de subcontratación», añadieron.
«Finalmente, y en beneficio de nuestro país se requiere que la industria minera sea llamada a pagar impuestos coherentes con el nivel de sus utilidades, que compensen la extracción de nuestros recursos naturales y el trabajo que realizan todos los trabajadores que aportan a esta industria», concluyeron.
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