Antofagasta desde hace un tiempo está en una situación de parálisis en cuando a mejoras. Se nos alimentó de promesas como que “La perla volvería a brillar”. Y claramente Antofagasta no brilla.
No se ve una hoja de ruta y eso hace que los años pasen y no veamos los proyectos transformadores que la ciudad y sus ciudadanos merecen. Estamos en una ciudad estancada, donde existen necesidades y circunstancias que harían actuar a cualquier autoridad.
Pero ni siquiera perder las instalaciones de su balneario icónico, la basura en sus calles, la grave situación del ex vertedero, la actual problemática de Avenida Allende y centros educacionales en mal estado, la logran sacar del estado de hibernación crónica que padece.
Lo que se ve, son autoridades en el mismo estado de hibernación, con amenazas de un lado y del otro, a la espera de sanciones administrativas que finalmente dejan a los antofagastinos en lo mismo, en una ciudad que no avanza.
Vivimos en una Antofagasta sin norte.
En situaciones de emergencia como en la que estamos, donde sus actores principales han fallado, es cuando se necesita que entidades, y funcionarios, que han estado en segundo plano, alcen la voz, enseñando los avances e importancia de los trabajos que ellos realizan y se pueden realizar.
Ejemplos son los planes que podrían entregarle un norte a Antofagasta, tales como el PLADECO (Plan de Desarrollo Comunal), PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sustentable), PIIMEP (Plan de Inversiones en Infraestructura de Movilidad y Espacio Público) y PRC (Plan Regulador Comunal).
Planes que llevan un tiempo en desarrollo, pero a los que las autoridades electas no han dado la importancia que ellos merecen y, como resultado, la ciudadanía no se ha involucrado como corresponde. ¿Quizás ciudadanos educados en el cómo quieren su ciudad y como esta se pueda gestar es algo que algunos no quieren?
¿Y por qué son importantes estos planes?
Pues ellos entregan a Antofagasta una imagen objetivo, también podrían establecer prioridades entre accesibilidad a parques y plazas o la conectividad estructurante urbana, también son los que buscan cómo garantizar el equilibrio entre movilidad, bienestar social y el medioambiente, además de dónde realizar los futuros proyectos de mejora.
El foco debe estar en realizar proyectos y para eso necesitamos autoridades que sepan el cómo llevarlos a cabo con probidad, pero también que sepan como integrar y educar a la ciudadanía en los espacios que tienen para participar, especialmente los que puedan dar a Antofagasta un norte definido, para que sean los antofagastinos quienes lo tengan claro, más que cualquier autoridad. De esta manera, como ciudadanos podremos exigirles a quienes nos representan que no desvíen el rumbo.
Ojalá en un futuro honremos con el timón a quien sepa y quiera construir una mejor ciudad. Porque las ciudades no brillan, se construyen.