¿En serio nos sorprende la victoria de la ultraderecha? Era cosa de salir un poco a la calle y darse cuenta que la ciudadanía tiene como principales problemáticas la delincuencia, la migración y la inflación. Hace años que los republicanos entendieron que la mezcla de propuestas “populistas” y el juego de las redes sociales pueden ser una excelente fórmula para posicionarse en temáticas que ellos mismos levantan y que la TV sin filtro amplifica.
Todo esto mientras la izquierda en su burbuja de privilegios pierde todo su tiempo en debates sin sentido como la factibilidad del voto nulo. Seamos sinceros, la elección no se perdió porque parte de la población no quiso con su sufragio avalar un proceso. El cuestionamiento está totalmente relacionado a lo que no se hizo para llegar a este punto, como por ejemplo: tomar en cuenta a la ciudadanía en el proceso.
Es por lo mismo que me llama la atención, que el mismo sector se lave las manos calificando de ignorante al mismo “pueblo” que dice defender. O sea, ¿en 30 años no te diste cuenta que la ciudadanía no tiene educación cívica? ¿no te diste cuenta que la población que creció con la TV se “intoxica” con la delincuencia e inseguridad? ¿Que el votante que vive para trabajar, porque no le alcanza para llegar a fin de mes, no le interesa participar en tu banderazo o en tu mitin político? La izquierda debe modernizarse y entender lo que ocurre realmente con su “pueblo”.
A lo que voy es que la crisis política, económica y social que partió en octubre del 2019, aún no termina, ya que hoy sin la energía de lo que alguna vez fue, mantiene a la política institucionalizada en el blanco y negro, lejos de la ciudadana y sin respuestas claras a sus necesidades. Las últimas veces que al chileno le rompieron el corazón fue el desastre mediático de la convención, y el desarme del romántico relato europeo del joven presidente que llega a La Moneda para finalmente sentarse con la elite que él mismo “escupió”, para lograr los “grandes acuerdos”.
Al otro lado de la vereda, no hay que ser un experto para saber que esta será una prueba de fuego para el Partido Republicano, el cual históricamente se ha caracterizado por ser un grupo personalista para José Antonio Kast y que sus candidatos, en la mayoría de los casos no han estado al nivel de lo que se espera para un cargo de elección. Una tragicomedia que el mismo partido que no apoyaba este proceso, termine liderándolo.
Para no quitarle más tiempo querido lector (como diría la escritora “copuchenta” de Bridgerton), El PDG y la “concerta” se acaban finalmente junto con los presidenciables que se pasearon por Chile intentando traspasar votos. Los efectos del voto nulo sí eran prácticos y también merecen el mismo valor representativo para el análisis, y por sobre todo, cuando lleguemos al punto indicado, gritemos Jumanji.