Ricardo Díaz Gobernador

Columna: ¿A qué volver a la escuela?

CARTA ABIERTA ASOCIACIÓN CHILENA DE EDUCACIÓN ALTERNATIVA A.G.

Por estos días, y debido a la discusión sobre el retorno de clases en aula, se presenta como argumento las necesidades de niños, niñas y adolescentes de volver a sus respectivos espacios educativos, principalmente para recuperar aprendizajes perdidos o acercarse a los logros esperados en estos objetivos. Esta necesidad es consecuencia de un paradigma educativo instaurado en el mundo desde los inicios del siglo XVII, profundizado por la revolución industrial y entendido por muchos y muchas como “la forma de educar.” Quino lo grafica de buena manera a través de una tira de Mafalda quien mide su cabeza con una huincha, preguntándose si cabrá en ella todo lo que en la escuela le intenten meter. Ese concepto de la escuela como el lugar donde acumulan los niños, niñas y adolescentes contenidos y aprendizajes es una mirada que siempre ha sido resistida por educadores y educadoras, pero que hasta el día de hoy mueve gran parte de las políticas públicas de Chile y el mundo.

¿Es esencial poder retomar en el tiempo más corto posible el trabajo en el aula? La respuesta es un rotundo sí, pero ¿a qué escuela es a la que debemos volver? Las Naciones Unidas-junto con plantear la importancia de esta “catástrofe educativa”- señala e invita a estados y gobiernos a observar e invertir recursos en educación alternativa y nuevas metodologías más inclusivas, liberen el potencial individual y de realización colectiva, en todas las áreas de la vida; así se señala en “Resumen de políticas: Educación durante covid-19 y más allá”, agosto 2020.

¿Por qué la escuela alternativa, alterativa, transformadora se ha acomodado y podrá entregar mejor respuesta que la escuela tradicional predominante en nuestro país frente a esta pandemia y lo que podría seguirle después, señalado por investigadores, académicos y organismos como la ONU o UNICEF? Simple: la educación alternativa en Chile y el mundo se encuentra hace tiempo en pugna con el establishment para deconstruir el paradigma educativo imperante en nuestras sociedades por muchos siglos; lo que busca es poner en el centro del modelo educativo a niños, niñas y adolescentes y no la implementación de un currículum como eje estructural del sistema, como ocurre hoy. Además, hay la confianza que estas escuelas y proyectos han podido entregar a las familias, involucrándolas, armonizando con sus necesidades y ampliando el concepto educativo fuera de la sala de clases. Como decía Gabriela Mistral: “Enseñar siempre: en la calle, en el patio…

Enseñar con actitud, el gesto y la palabra”. Desde una mirada estética, ética y espiritual. El retorno a la escuela no solo debe contemplar el estricto cumplimiento de protocolos, sino que estos últimos también deben ser desarrollados tomando en cuenta las necesidades, características y distintas etapas del desarrollo humano. ¿Cómo podemos lograr eso? Mediante el diálogo de las diversas comunidades educativas; no mediante decreto, ni desde la autoridad. Solo crear confianzas permitirá un sano retorno, no para los aprendizajes ni los objetivos, sino para acompañar las necesidades de nuestros niños, niñas y adolescentes en este periodo de pandemia y los tiempos que le sucedan.

Felipe Espinoza Rojas

Presidente Asociación Chilena de Educación Alternativa AG.

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