Ricardo Díaz Gobernador

Columna de la profesora María Ojeda: En el camino a la dignidad

El 8 de julio en el parlamento se votó por el retiro de un 10 % de los fondos previsionales y como se hicieron indicaciones, este 15 de julio se sometió nuevamente a discusión. Hoy finalmente se aprobó la iniciativa en la Cámara de Diputados/as, pero aún falta que el Senado lo ratifique.

Este es el comienzo de un cambio, aquí comienza a correrse el cerco. Este es un pequeño logro de una gran lucha que hemos realizado los movimientos sociales y la Coordinadora No más AFP, para poder construir un nuevo sistema de seguridad social y un cambio de modelo económico que se podría expresar en la Nueva Constitución que empezaremos a construir el 25 de octubre.

Vemos actualmente que se ha ido generando conciencia sobre la necesidad de cambiar el sistema previsional, y vemos un debate parlamentario en que se opta por aprobar o rechazar. Pero también observamos que Chile despertó y no mostró indiferencia ante la tardía propuesta del gobierno de un bono para 700.000 personas, habiendo un 11,2 % de cesantía, es decir 2.128.000 personas que no tienen ingresos y una cantidad de 800.000 mil que están acogidos a la ley de protección al empleo.

El riesgo de «perder la estabilidad democrática social y económica», el atentar contra «la institucionalidad», fueron las majaderas amenazas lanzadas a través de los medios por parte de distintos personeros de gobierno, siendo poco empáticos con las y los trabajadores, que no solo están pagando esta crisis sanitaria y económicamente, si no también con sus vidas.

Se requieren de manera urgente medidas económicas más integrales, que realmente atiendan al sector más vulnerable, a aquellos del trabajo informal, a los vendedores ambulantes que no tienen como comprobar ingresos o pérdidas, a la gente que se ha manifestado protestando, planteando que tienen hambre y a quienes se han organizado en ollas comunes, buscando mejores condiciones para ellos y sus familias.

Las personas se han manifestado en estos días de diferentes formas, porque entienden que el rol de la movilización es clave, es el único camino. La dignidad no se tranza, ni siquiera en cuarentena. Las demandas se hicieron a lo largo de estos 30 años. Tuvimos que unirnos y no nos soltaremos hasta que la dignidad se haga costumbre.

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