Columna: Que no nos obliguen a olvidar

Mucho se ha escrito sobre los crímenes de lesa humanidad en Chile. De acuerdo a los informes de la Comisión de Verdad y Reconciliación (conocido como «Informe Rettig»), la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (Informe Valech), la cifra oficial de víctimas directas ascendería a 31.686 personas, de las cuales 28.459 casos fueron víctimas de tortura y 3.227 casos fueron víctimas ejecutadas o desaparecidas, con 2.125 casos de víctimas muertas y 1.102 desaparecidas tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.

Pero nunca será suficiente recordar el horror y mantener la memoria. Son cientos de personas, hasta hoy, de las cuales desconocemos su paradero. 79 eran mapuche, 60 eran extranjeros y 54 menores de edad.

Fueron efectivos de las tres ramas de las FF.AA., funcionarios de Carabineros y agentes de civil, miembros de las policías secretas de la dictadura (la DINA y después la CNI), quienes efectuaron una política sistemática, prolongada y masificada de persecución, encarcelamiento, secuestro, tortura, asesinato, desaparición forzada y en última instancia el exterminio de opositores. Con el fin de ocultar o desligarse de la responsabilidad de dichos crímenes, la dictadura recurrió sistemáticamente a estrategias como la creación de falsos enfrentamientos, la censura y la desinformación.

En la actualidad, cuando vemos cómo se recurre con mayor frecuencia a la desinformación, el negacionismo, y anteponer contextos por sobre la dignidad del ser humano, nos alerta observar cómo el gobierno de Sebastián Piñera 2 ha cambiado su lectura y postura frente al régimen dictatorial y sus crímenes. Eliminan asignaturas de historia para terceros y cuartos medios, coincidentemente cuando se pasan materias referentes a los últimos 40 años de nuestra historia. O levantando el proyecto de “Museo de la Democracia”, los mismos propulsores que apoyaron la opción “Sí” sobre la continuidad de Pinochet, y también la interrupción de la democracia con el derrocamiento de Salvador Allende. O quienes no han trepidado en calificar de “montaje” al Museo de la Memoria (exministro Mauricio Rojas).

Todas estas expresiones de la derecha política, actualmente en el Gobierno, nos generan profundas dudas sobre sus reales convicciones democráticas y el respeto universal a los derechos humanos, que hoy manifiestan apasionadamente al hablar de Venezuela o Cuba, omitiendo sin pudor a China. ¿Han aprendido del pasado quienes enarbolan un propicio futuro de Tiempos Mejores?

Ante este escenario es importante e imperioso mantener la profunda revisión de nuestro pasado. Que no nos pase como sucedió con tantas matanzas de obreros, regadas a lo largo y ancho de nuestra geografía y de nuestra historia; no permitir que se nos obligue a olvidar en pos de un futuro sin heridas, porque las heridas se sanarán solo con verdad, con justicia y reparación, recordando siempre el horror, mostrarlo tal como es para que las generaciones futuras se sensibilicen y tomen conciencia.

By Eric Bahamondes Torres

Eric Bahamondes es representante legal de Regionalista.cl. Nació en María Elena, vivió en Tocopilla y actualmente reside en Antofagasta.

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