“Abran las escuelas, cierren las industrias” es el título de la edición Nº16 del Balance Ambiental de Fundación Terram y que revisa extensamente el panorama que vivió nuestro país en esta materia en el año que culmina. Aportando siempre visiones críticas, esta vez el texto pone especial énfasis en las llamadas zonas de sacrificio, los desafíos que tiene Chile frente a ellas y la agenda ambiental 2019.
“La importancia de este documento es que permite tener una visión sobre lo que ha pasado a nivel nacional en materia ambiental durante el año que termina. Este es elaborado en forma colectiva y colaborativa por el equipo de Fundacion Terram, lo cual nos llena de orgullo”, aseguró Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de la organización.
Además, como es tradicional, el documento destaca lo más relevante del año, incluyendo dentro de su sección de “Lo mejor” la clausura de Pascua Lama y la ley que prohíbe el uso de bolsas plásticas en el comercio nacional; mientras que en “Lo peor” selecciona, por ejemplo, la postergación de la firma del Acuerdo de Escazú, la Agenda Pro Inversión, las intoxicaciones masivas en la Bahía de Quintero y los violentos desalojos en la comuna de San Fabián de Alico por el avance del proyecto “Embalse Punilla”.
En cuanto a desafíos para Chile en 2019, se destacan el Cronograma de Descarbonización, poner freno a la expansión salmonera en Magallanes, firmar el Convenio de Escazú y la organización de la próxima Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), que ya confirmó su sede en nuestro país.
Al respecto, la directora de Terram insistió en que “nuestro país tiene enormes desafíos en el desarrollo e implementación de políticas públicas en materia ambiental. Sin duda el gobierno debe avanzar en mejorar la normativa ambiental existente, pero también en generar nuevas normas como la de arsénico o normativa sobre suelos. No queremos que el único desafío para Chile sea la COP25 de cambio climático, hay que preocuparse por los territorios y las comunidades”.
Por otra parte, Fundación Terram reconoce, a través de sus “Premios 2018”, los hechos y personas que por alguna razón, positiva o negativa, destacaron en materia ambiental. Los reconocimientos otorgados fueron:
Al “Aporte Ambiental”: a las organizaciones locales y las comunidades de Quintero-Puchuncaví, especialmente a Mujeres de Zonas de Sacrificio en Resistencia, por su intensa movilización frente a la contaminación que viven en el lugar, destacando al dirigente Alejandro Castro, fallecido en extrañas circunstancias en medio del movimiento.
Al “Ambientalista del año”: a Rodrigo Mundaca, dirigente de MODATIMA por su constante lucha contra la crisis hídrica en el país, especialmente en la localidad de Petorca. La categoría también considera una mención honrosa a Hernán Ramírez, miembro del equipo de Fundación Terram, que participó y entregó activamente su apoyo técnico a las comunidades de Quintero-Puchuncaví como a otras zonas de sacrificio del país.
A la “Contaminación”: al Parque Industrial Ventanas y su responsabilidad en las masivas intoxicaciones en Quintero-Puchuncaví.
A la “Insustentabilidad”: a la industria salmonera, que creció cerca de 3000% en los últimos 28 años.
El “Cartel del Año”: al Ministro de Agricultura Antonio Walker, por calificar de “desleal” a MODATIMA al denunciar la crisis hídrica en Petorca, y al gremio Agropetorca por anticiparse a las consecuencias y realizar una gira internacional limpiando su imagen.
Finalmente, haciendo un llamado a comprender la compleja realidad ambiental que vive nuestro país, Liberona aseguró que “para entender lo que ocurre en el país no basta con saber que existen algunas regulaciones, es necesario comprender donde se producen los vacíos y espacios de discrecionalidad que permiten la existencia de zonas de sacrificio”.
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