Por Agrupación Por la Memoria Histórica Providencia Antofagasta
La última visita al ex cuartel de la DINA – CNI, de calle Matta 3230 en Antofagasta, al lado de la Iglesia Providencia, realizada el 27 de mayo pasado, permitió seguir conociendo, profundizando y rechazando el desarrollo que han tenido las políticas de impunidad impuestas primero por la dictadura y luego silenciadas y autosilenciadas por los gobiernos que le han sucedido a lo largo de estos 28 años.
Visita además que generó tremendas reflexiones en los ámbitos en que nuestra Agrupación dialogó con la gente que asistió. Muchas personas que concurrieron tienen la vivencia y memoria del pasado y la dieron a conocer, otras generaciones más recientes fueron en búsqueda de entender ese pasado que estaba muy oculto y silenciado hasta hace poco años en ese lugar, hoy declarado sitio de memoria.
Queda siempre la sensación y rondando la idea de que aún falta mucho camino por recorrer y que la obtención de la verdad debe buscarse por distintos caminos y formas no conocidas y con iniciativas que sean independientes de las verdades oficiales que ha entregado el Estado Chileno.
Esto debe realizarse no solo por los crímenes horrendos cometidos en nuestra región y la búsqueda incesante del paradero de Vitalio Mutarello, dirigente sindical de la Oficina Pedro de Valdivia, que se encuentra detenido y desaparecido, sino que además por los procesos de fondo que permitieron la actuación violenta de las FF.AA y Carabineros de Chile, en contra de la población civil.
En esta visita se recordaron los vuelos rasantes en la ciudad, los allanamientos masivos a poblaciones, el uso de espacios públicos y privados para detener y torturar personas, como el hipódromo de la Chimba, la Intendencia Regional, el Estadio Sokol, regimientos, comisarías, la base aérea de cerro moreno, entre otros lugares.
Fue agraviante y condenatorio además recordar los montajes periodísticos instalados sin ningún reparo, complicidad y desfachatez por El Mercuruio de Antofagasta desde el 11 de Septiembre, montajes que fueron sentenciando crímenes, persiguiendo a personas y silenciando voces constructoras de un sueño que con todas sus imperfecciones era el camino que el pueblo había votado en las urnas en 1970.
El análisis interno de las Agrupaciones de familiares de víctimas, de Derechos Humanos y la red de sitios de memoria que se ha ido construyendo a lo largo de estos años de lucha, es que si «no hay justicia y si se mantiene la impunidad, nadie puede garantizar en el futuro que estos hechos no vuelvan a repetirse». Sobre todo al no haber una política nacional de condena permanente y sin vacilaciones al terrorismo de Estado de ayer. Las condenas a los criminales deben ser ejemplares y con la respectiva degradación de los cargos y pagos que hoy ostentan y todo aquel que difunda esas ideas debe ser enjuiciado y condenado.
Nuestra Agrupación, en la línea de impedir la impunidad y de obtener la mayor información respecto de los hechos históricos de nuestro pasado reciente, sobre todo en la ciudad y región, llama a entregar testimonio, citas, datos, elementos de análisis que nos remitan a los hechos y que puedan ser motivos de investigación periodística, tesis académicas y parte de nuestros propios archivos.
Recordar que en nuestra ciudad hubo homicidios calificados, consejos de guerra, detenciones anónimas, procesos judiciales que afectaron a ex presos políticos, experiencias de gente que fue condenada a cárcel, relegación y exilio. También detenciones arbitrarias, seguimientos durante protestas, infiltraciones en organismos públicos, etc.
El ocultamiento y la quema de archivos por parte de organismos del Estado Chileno ha estimulado y redoblado nuestro esfuerzo de realizar investigaciones a pulso y por iniciativa propia. Somos una Agrupación con personalidad jurídica y nos preparamos para gestionar un sitio de memoria.
Un caso particularmente dramático e ilustrativo de terrorismo de Estado es el que ocurrió con la detención del Pastor Juan Polanco de la Iglesia Presbiteriana de Antofagasta el día 29 de Septiembre de 1974 junto a su esposa. En aquel momento, ante la imperiosa necesidad de proteger la vida de miles de chilenos frente a la represión desatada por la DINA, las iglesias chilenas organizaron rápidamente un servicio ecuménico de amparo a las personas en dificultades. El pastor trabajaba en esa gestión cuando es detenido en nuestra ciudad y trasladado a Santiago. Una vez liberado es sacado fuera del país.
La justificación histórica de extirpar al marxismo cobraba víctimas de todo tipo y condición en esos momentos. Todo opositor era acallado y detenido por la DINA con distinto destino final. Contra ese Terrorismo de Estado y esa impunidad debemos actuar y estar en estado de alerta permanente.
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