La revalorización de los espacios públicos en el marco del Estallido Social

Con el vuelco de las personas a las calles para demostrar su descontento, los espacios públicos de Antofagasta se han transformado en verdaderos puntos de expresión, encuentro y organización para la comunidad.

Basta con recorrer el centro de la ciudad y sus alrededores para advertir cómo las paredes se han transformado en sitios donde manifestantes escriben consignas de todo tipo. La renombrada Plaza de la Revolución es un ejemplo. Sus paredes han sido cubiertas no sólo de rayados, sino también de lienzos e imágenes.

Expresión callejera

Por otro lado, las calles en varios sectores de la ciudad, han sido repletadas por personas, quienes, organizando actividades recreativas, culturales o políticas, han hecho a un lado el transito de vehículos para acondicionar ferias o fiesta barriales. Un ejemplo de este punto han sido los cada vez más populares tecitos rebeldes.

El psicólogo comunitario, Mauricio Briceño, explica que, si bien siempre han existido estos puntos de encuentro en los barrios, estos no habían sido mediatizados, como sí otros puntos como centros comerciales, que encajan -a su juicio- dentro de una estética clásica.

“Siempre ha existido vínculo, la pregunta es quién lo mediatiza. No es azaroso que el mall no solo sea un lugar de compra. Es una plaza de encuentro que está mediatizada por el consumo. Por ejemplo, vemos a todos estos rostros televisivos comprando y a través de esa compra, tratando de mostrar una felicidad”, explica.

Briceño pone como ejemplo a las infancias, quienes hacen uso de las calles para no solo movilizarse, sino también para permanecer ahí. En esa línea, valora las actividades de recreación que se han realizado en la Población Bonilla o en el sector Caliche, donde vecinos y vecinas se han tomado las calles para levantar actividades autogestionadas de recreación.

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