Aunque muchos pensaron que en su visita del 9 de diciembre pasado la presidenta Michelle Bachelet había inaugurado el nuevo Hospital Regional Concesionado de Antofagasta, lo cierto es que la ceremonia oficial de inauguración finalmente se realizó este sábado 3 de marzo.
La Mandataria arribó a la comuna de Antofagasta junto a la Ministra de Salud Carmen Castillo y el Ministro de Obras Públicas Alberto Undurraga. En compañía de ambos personeros y junto a las autoridades locales, la presidenta realizó el corte de cinta del nuevo recinto asistencial y también recibió presentes en una actividad que estuvo marcada por los recuentos y la despedida de su gobierno.
La Mandataria expresó que “así nos comprometimos a trabajar por reforzar la salud pública a lo largo de todo nuestro país, con más inversión, modernizando su equipamiento, aumentando los médicos, los especialistas, mejorando y ampliando los programas de atención. Hablamos del programa más ambicioso de la historia de la salud pública chilena, que ha permitido avanzar cómo nunca, con decisión y con obras muy concretas”.
El nuevo hospital regional concesionado de Antofagasta es 4 veces más grande que su antecesor y se constituye en el más importante del norte del país, beneficiando a una población estimada de alrededor de 400.000 personas de la región y al ser centro de referencia de Alta Complejidad, se sumarán pacientes de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Atacama, con una cobertura total cercana a 1 millón y medio de personas, según datos oficiales del Servicio de Salud.
El recinto cuenta con 16 pabellones quirúrgicos, 3 pabellones de cirugía menor, 6 salas de parto integral, 81 boxes médicos, 22 Puestos de Diálisis y un área de hospitalización de corta estadía psiquiátrica, 1 resonador magnético, 2 tomógrafos computarizados, 4 salas de rayos X y 18 box dentales.
Sin duda que el nuevo recinto asistencial representa un tremendo avance en infraestructura y una evidente mejora para la atención de salud de las personas. Sin embargo, diversos gremios y organizaciones han constatado que el sistema de operación concesionado (que puede llegar a costarle al estado muchas veces más que un hospital construido de manera directa) no logra responder a la velocidad que las necesidades clínicas de salud requieren.
Uno de los problemas que se han constatado es el déficit de camas en el recinto. Actualmente cuenta con 443 camas operativas, debiendo ser por proyecto 517 el primer año (menos de las disponibles en el hospital antiguo), lo que se explicaría por falta de cargos para contratar personal necesario.
Paula Corina Hernández