El jueves 7 de mayo, luego de una sesión de concejo municipal, el concejal Armando Aillapán habló con el medio “Mejillones en Terreno”, donde declaró que se había realizado una votación para hacer que la Fundación Cultural de Mejillones pasara al municipio y esta había ganado “de forma unánime”. Aclaró que los motivos para realizar este cambio eran mejorar la gestión y entregar protección a los trabajadores, quienes pasarían a formar parte del municipio.
Muchas personas interpretaron el mensaje del concejal como un cierre definitivo de la institución. Esto generó un revuelo en redes sociales y preocupación por parte de los alumnos y apoderados que forman parte de los talleres y academias que allí se imparten.
Daniel Rojas, Director Ejecutivo de la Fundación Cultural de Mejillones, se enteró mediante las declaraciones del concejal de esta situación. Se puso en contacto con el alcalde y los concejales para pedir explicaciones y ellos afirmaron que se había analizado la “posibilidad de traspasar la fundación a la municipalidad” y no había una decisión tomada al respecto como dijo el concejal Aillapán.
Según el personero, el cierre de la Fundación traería muchas consecuencias que afectarían a todos los mejilloninos. Cerca del 80% de los trabajadores tienen un contrato indefinido, al pasar a la municipalidad tendrían un contrato a honorarios. “Esto conllevaría una precarización del trabajo, no una protección a los trabajadores”, indicó Rojas. Además, si se efectúa el cierre, al ser una institución privada, se deberá pagar un finiquito a todos sus trabajadores, pagar todas las deudas que puedan tener y posiblemente demandas por el término de contratos de algunos funcionarios.
Esto pondría en riesgo todo el financiamiento que reciben actualmente. Al pasar a ser parte de la municipalidad, no podrían financiarse bajo la ley de donaciones. “Las empresas fueron claras. Si no trabajamos bajo la ley de donaciones, no llegarán los recursos”, afirmó el Director. También se pondría en riesgo el funcionamiento de Cine Alianza y Radio Rinconada, ambos pertenecientes a la Fundación y medios que obtienen recursos para solventar mantención, equipamiento, sueldos, entre otros. “Las distribuidoras (de películas) no se vinculan con instituciones políticas ni religiosas, la municipalidad no podría cobrar entradas ni tampoco la publicidad en la radio”, agregó.
Daniel considera que calificar la gestión de la Fundación Cultural solamente en términos financieros es “mediocre”: “La fundación cultural no es una máquina de hacer dinero, no se puede medir con los mismos parámetros de rentabilidad que una empresa tradicional. La gestión también se mide con las relaciones y redes de contacto que vamos adquiriendo con el mundo artístico y cultural de la región”, concluyó.
Recientemente el concejal Aillapán volvió a dar declaraciones y aclaró que la intención nunca fue el cierre de la Fundación: “Solo se solicitó un posible traspaso de a la municipalidad”, aludiendo nuevamente que era para “proteger a los trabajadores”. Por su parte, Daniel Rojas pidió directamente a los concejales realizar una mesa de trabajo, pero no hubo una respuesta clara, por lo que la incertidumbre continúa.
Redacción 
Paula Corina Hernández