La letra chica de la reforma tributaria de Piñera: Beneficiará a las grandes empresas

Por Redacción Ago 24, 2018
Valparaiso, 13 de agosto de 2018. El Ministro de Hacienda Felipe Larrain, participa de la Comision de Hacienda y Trabajo de la Camara de Diputados, se discute sueldo minimo. Raul Zamora/Aton Chile

Tras el anuncio del Presidente Sebastián Piñera de su proyecto de reforma tributaria, la iniciativa ha sido objeto de numerosas críticas por parte de expertos.

Uno de ellos es el ex director del Banco Mundial, Andrés Solimano, para quien la reforma anunciada por al mandatario favorece abiertamente a los dueños de las grandes empresas, según publica el portal de la Radio y Diario Universidad de Chile.

En conversación con dicho medio, el también doctor en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue categórico en que  la idea tildada como modernización tributaria obedece a una presión de los mayores gremios corporativos del país, como son la Sociedad Nacional de Agricultura, la Confederación de la Producción y el Comercio, la Asociación de Bancos, la Cámara Chilena de la Construcción, entre otras, con el fin de rebajar sus impuestos y terminar con el régimen vigente.

En esa línea, Andrés Solimano precisó que la idea del gobierno se ha presentado como una ayuda para las Pymes y la clase media, pero que no apunta necesariamente al beneficio de estos sectores.

“Esta reforma tributaria no se presenta en ningún momento como orientada a reducir la desigualdad, al contrario, la modificación apunta a una mayor concentración de fortunas en Chile, por lo que la distancia de ingresos de los más ricos puede aumentar. No existe un impuesto a la riqueza, a las utilidades excesivas de los bancos, del sistema financiero, quienes son los principales sectores que contribuyen al aumento de la desigualdad”, afirmó.

El Presidente Sebastián Piñera anunció en cadena nacional “un sistema tributario más simple, único, más equitativo y plenamente integrado, para todas las empresas chilenas”, sin embargo, este punto es criticado por el economista.

“Esto quiere decir que si le cobran impuestos a una empresa, el llamado Impuesto de Primera Categoría, lo pagado se abona al dueño de la compañía cuando realiza su declaración de impuestos por los ingresos personales”, explicó.

Según el experto, esto es algo debatible, ya que las empresas son jurídicamente autónomas de sus dueños. Solimano aclaró el punto y afirmó que “si una empresa pagó 80 y debe 100, su dueño solo va a pagar 20”.

“En Chile, el impuesto a la renta es una proporción menor de los impuestos totales, mucho más baja que los gravámenes existentes en los países de la OCDE, porque nuestro sistema es regresivo y depende de impuestos indirectos, como el IVA y muchas imposiciones específicas, ya que el cobrar impuestos directos es inmediatamente rechazado por el notable poder de las élites económicas del país. Creo que la integración va a favorecer a los grupos de alta renta, por lo que es paradójico que se aplique en un país como Chile, tan criticado por su inequidad”, argumentó.

Solimano cuestionó el sistema propuesto por el Ejecutivo ya que, a su juicio, existen pocos países en el mundo donde convive un sistema integrado que favorece a los dueños de las empresas, pero que al final lo paga el Fisco. Una estimación aproximada, según el economista, que va desde los 300 a mil millones de dólares.

Otra de las críticas se centra en la justificación de que este sistema integrado permitirá ahorrar a las grandes compañías y reinvertir sus utilidades. Sin embargo, para el economista del MIT, esta reserva se destina principalmente a la compra de bienes raíces o simplemente se sacan los dineros y se colocan en paraísos fiscales. Recalcó que “no todo el dinero recaudado va a mejorar la infraestructura de la compañía”.

“Nadie habla de tocar las grandes utilidades que tienen los ya reconocidos sectores rentistas, isapres, AFP, los bancos, la minería privada, entre otras, pero si van a gravar a Uber, Nexflix, la importación de libros. Yo creo que están malas las prioridades, no se pueden poner impuestos a actividades que son intensivas de nuevas tecnologías y dejar tal cual al sector rentista, extractivista y financiero, que goza de gigantes utilidades. Creo que están malos los énfasis”, subrayó.

El presidente del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo, Andrés Solimano, indicó que lo que se plantea acá es incentivar la inversión y el crecimiento, sin embargo, por otro lado, no se atiende la cadena de cierres de empresas ocurridas en los últimos meses en el país.

Asimismo, argumentó que no necesariamente dar más utilidades a las empresas, por menor tributación, es sinónimo de mayor compra de materiales y equipos. Solimano aseguró que existe evidencia que esta teoría no funciona así. “Las bases en que se basada la hipótesis no es sólida, hay destrucción de empleo, a través del cierre y quiebras, con la pasividad absoluta del Estado”, concluyó.

Fuente: Radio y Diario Universidad de Chile.

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