Hace pocos días llegó el último disco de The Drums, titulado “Brutalism”. Un trabajo que nace a raíz de un difícil proceso de divorcio marcando una situación personal en la vida del frontman y ahora único líder de la banda, Jonathan Pierce.
El disco se puede resumir como un viaje honesto y brutal, una bitácora de sentimientos y sensaciones de Pierce a base de sintetizadores, mezclado con su clásico sonido “surf” y experimentación que logran darle vida a esta nueva placa.
La banda venía de Abysmal Thoughts del año 2017, el primer trabajo con Pierce a cargo del timón de la banda. Un álbum que presentó una maduración en cuanto a letras, pero no así éxito en el plano musical, con un desbalance en estos aspectos. A diferencia de esa experiencia, esta vez sí se logró un equilibrio, sin traicionar sus raíces musicales.
Entre las canciones a destacar está su sencillo 626 Bedford Avenue, que rescata su sonido clásico de sintetizadores como base, sumando una guitarra electroacústica que se deja escuchar en los coros, en una canción que retrata los sentimientos de estar constantemente vulnerable a amores no correspondidos (La primera canción escrita por Pierce para este álbum).
Otra canción recomendada es Loner, siendo la 5ta canción de este disco con elementos principales como la guitarra eléctrica distorsionada y un coro pegadizo, una canción con una buena producción, un de-crescendo musical, para dar paso a su siguiente canción I Wanna Go Back.
Ya cerrando está la penúltima canción, Nervous, una balada sencilla, a base de guitarra acústica y la voz de Pierce, a la que se le agregan elementos de percusión, sin perder la simplicidad, en quizás la mejor canción de este disco.
En conclusión, Brutalism es el resultado del escape de Jonathan Pierce para sobrevivir a una dura situación personal que dio como resultado un correcto trabajo, que sirve como redención para una banda que con casi 10 años de trayectoria aún busca estar vigente en la industria indie.
Redacción