Tras unas semanas con todos los focos puestos en los Juegos Olímpicos de Tokio, mientras algunos quieren descansar de la vorágine de deportes y medallas, otros ya se preguntan cuáles serán las novedades de cara a las próximas olimpiadas, ya sean las de París o las siguientes. Uno de los interrogantes que nos vienen a la cabeza es el de los futuribles deportes que pasarán a ser considerados olímpicos.

Para la presente edición hemos contado con el Surf, el Skateboarding o la Escalada como nuevas modalidades; en el caso de las dos últimas, con diferentes especialidades. Además, ha sido una de las últimas ocasiones para disfrutar del Kárate. También ha sido el estreno del Baloncesto 3×3, con éxito para Estados Unidos en el apartado femenino y Letonia en el masculino. Poro otra parte, han vuelto el Sóftbol y el Béisbol, que se había eliminado tras el 2008.

Pocas novedades confirmadas para París

De cara a París, hay varias solicitudes cursadas para participar como nuevos deportes olímpicos, pero hasta ahora sólo la del Breakdance parece haber sido aceptada. El resto, a día de hoy, son sólo conjeturas. Sin embargo, algunos suenan con bastante fuerza y uno de ellos es el Pádel; este deporte de raqueta se ha popularizado enormemente en la última década y tiene la ventaja de que muchas personas lo practican a nivel amateur, lo que implicaría un gran seguimiento en caso de llegar a ser olímpico. Otro deporte de raqueta que también tiene muchos adeptos es el Squash, especialmente en los Estados Unidos, donde se calcula que podrían estar casi un 10% de los jugadores del mundo de esta disciplina; ello lo convierte en un potente aspirante.

Con menos acción, al menos a nivel físico, encontramos actividades como el Ajedrez, que ya ha hecho diversas intentonas en el pasado y es un deporte reconocido por el COI; además, en Sidney 2000 ya se realizó un evento de exhibición. Siguiendo su línea, el Snooker también ha presionado varias veces para obtener este reconocimiento y poder participar; sin embargo, la variedad de normativas acaba siendo un obstáculo.

La lucha libre es uno de los principales atractivos en muchos países de este evento olímpico. Algunos de los peleadores actuales (o retirados recientemente) de la UFC llegaron a competir en esta categoría en pasados juegos olímpicos; tal vez Henry Cejudo, medalla de oro y ex campeón de dos categorías distintas de dicha organización sea el mejor exponente, pero no podemos olvidar otros nombres, como el de Daniel Cormier. También el judo tiene un seguimiento masivo, y otra de las luchadoras de UFC, Ronda Rousey, fue bronce. Es por ello, junto con el increíble renombre internacional de la propia UFC, con gran expectación que incluye un importante interés en las más importantes plataformas de apuestas deportivas, que las MMA empiezan a sonar con fuerza como futura disciplina olímpica.

Otros candidatos con menos posibilidades

La lista de candidatos es bastante más extensa; entre ellos, el Polo ya lo fue en el pasado y pretende volver en un futuro cercano, sin embargo, no ha tenido demasiada fortuna hasta ahora en su intento. Espoleado por el éxito del Surf, también el Esquí Náutico está haciendo esfuerzos para poder ser considerado olímpico, aunque todavía no lo ha conseguido. Una disciplina que tuvo grandes posibilidades dada la ubicación de los últimos Juegos fue el Sumo, muy popular en el país del Sol Naciente, pero se quedó a las puertas; no creemos que tenga más suerte de cara a París, pero nunca se sabe. Si el país de origen tiene relevancia, deportes como el Fútbol Americano tienen más posibilidades, dada la expectación que genera; a pesar de ello, todavía no ha llegado su momento.

Está claro que ser aceptado para participar no es tarea fácil. Para empezar, es preciso un determinado número de federaciones en países de diferentes continentes. Tras cumplir este requisito, los miembros del COI inician una votación teniendo en cuenta diversos criterios, como su seguimiento o la historia de dicho deporte. Por otra parte, una vez aceptados, el gasto necesario para entrenar a los atletas a tal nivel no es un hecho a ignorar; dichos deportistas necesitan tiempo y recursos para estar listos para rendir al máximo nivel, con lo que la infraestructura no es barata. Pero, evidentemente, el reconocimiento que estar en semejante escaparate no tiene precio.

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