Así como lo fue Skins hace algunos años, Euphoria es de esas series que marcan a una generación. El éxito es tal que, en varias ocasiones, al momento de estrenar un nuevo episodio, HBO Max simplemente colapsaba. Lo cierto es que la serie que partió liderada por Zendaya, se convirtió con el pasar de los capítulos en una producción coral, en que todos los personajes tienen un protagonismo igual o más importante que la ex chica Disney.
Este domingo finalizó su segunda temporada, y hay varios puntos por comentar. Esta vez, su primicia se basaba en declaraciones del director, creador y escritor de la serie, Sam Levinson, quien durante la etapa promocional mencionó que alguien moriría al estilo Romeo y Julieta. Es así que prácticamente todo el relato jugó con tener al espectador atento a cada detalle para anticiparnos a la muerte que vendría, y sí que lo hizo, pero no como se había especulado.
El tema en este punto, es que pareciera que Sam Levinson hizo todo bien para atormentar a nuestros protagonistas llevándolos al límite, pero con el correr de los episodios, estos comenzaron a molestar y terminaron desinflándose de una manera muy simple. Respecto a lo anterior, sin duda alguna, el nivel de actuación del cast en general merece todas las flores.
La temporada tuvo momentos muy interesantes, pero también hay elementos en la narración que se contradicen con lo planteado anteriormente. Partiendo con solo nombrar el retroceso que vivió notoriamente el personaje de Kat (Barbie Ferrerira), de quien ya se habla que dejaría la serie en la tercera temporada.
En conclusión, este segundo ciclo cumplió con lo prometido. El drama y la tensión fueron una constante de una historia que involucró amor, traumas, drogas y balas. Pese a lo anterior, quedó la “espinita” con su final, el cual dio la impresión de querer concluir de manera pretenciosamente cliché. Y, en serio, ¿era necesario que Eliot cantará toda la canción cuando la acción estaba por otro lado? En fin, habrá que esperar un largo tiempo para saber qué ocurre tras la muerte de Romeo y Julieta que no ocurrió.
Redacción 
Paula Corina Hernández