Columna | Los súper ricos son un problema: Tres preguntas y respuestas

Por Martin Arias Loyola Abr20,2021

¿Es necesario establecer un impuesto a los súper ricos en Chile?

Es una medida urgente, pero no sólo a los súper ricos, sino también a aquellas personas que también sean consideradas «ricas» por sus niveles de ingresos o riquezas acumuladas. El problema es que la riqueza es difícil de medir, porque no sólo se refiere al nivel de ingresos, sino que también a las propiedades, obras de arte, joyas, etc. que pueda tener una persona, las que son difíciles de cuantificar. Es por eso que una persona puede ser «rica» sin tener ingresos o trabajar (como varios de la élite ABC1 de Chile y otros países). Esto implica que, en paralelo a la discusión del impuesto a la riqueza, se debiese tener una discusión para fortalecer el rol redistribuidor y fiscalizador del estado; pero también de mayor empoderamiento popular que apunte a la autonomía económica y social dentro de formas de producción no capitalistas. Así, el estado Chileno –en particular– y la sociedad -en general– debiesen continuar empoderando a la población para redistribuir la riqueza generada en el país por todxs nosotrxs (trabajadores, estudiantes, amos/as de casa, etc.).

Y es que los ricos y súper ricos generan un costo socioeconómico altísimo para la sociedad en comparación a lo que aportan a la misma. Considerando que los recursos del mundo son escasos y finitos, para que alguien acumule riqueza necesariamente implica que otros deben acumular pobreza, o sea, crear a un rico conlleva despojar a muchos/as pobres[1]. Actualmente, estamos viviendo en una de las sociedades más desiguales de la historia de la humanidad[2], donde los súper-millonarios/billonarios son un invento reciente del capitalismo avanzado, una aberración en la historia de la humanidad que debiese remediarse. Así, el rol redistributivo de una sociedad debiese apuntar a asegurar un buen vivir para todxs sus ciudadanos y el cuidado del medioambiente, implementando, por ejemplo, medidas como:

1- Salarios máximos, donde estos sean un múltiplo del salario mínimo de lo que una persona gana en el país. Por ejemplo, que el/la Presidente de la República y las/los gerentes de grandes empresas no ganen más de 10 salarios mínimos. Así estas personas tendrían incentivos para aumentar los salarios mínimos y se garantiza cierto nivel relativamente estable de desigualdad de ingresos.

2- Salarios mínimos que cubran el costo de vida regional y no sólo de supervivencia. Chile no tiene clase media, sino una población extremadamente endeudada. Esto implica que sus ingresos no le alcanzan para vivir, sino que sólo para sobrevivir a costa del crédito. Es decir, Chile es un país de pobres[3].

3- Eliminación de la UF como instrumento reproductor de la dominación a través de la deuda, o pago de salarios en UF (una de las dos).

4- Pago de salarios a personas que realizan labores de cuidados en los hogares (reconocer el trabajo en el hogar como actividad productiva y remunerada).

5- Establecer otros impuestos progresivos (es decir, que graven más a los más ricos) en lugar de regresivos (que gravan más a los más pobres, como el IVA).

6- Eliminación y fiscalización de empresas de cartón (que no producen ningún bien o servicio) que personas ricas utilizan para hacer compras personales pagando con factura, para así hacer pasar esos gastos como costos operacionales y no pagar IVA.

7- Penas económicas y sociales altas para delitos tributarios y económicos de alto valor (porque no es lo mismo robar $5.000 para comer que $5.000.000 al estado para pagarse una asesoría política) que consideren, por ejemplo, la imposibilidad de por vida de ejercer cargos públicos y que las multas sean un múltiplo del daño económico (por ejemplo, si alguien roba 1 millón al estado, que deba pagar 50 veces lo robado, o sea 50 millones).

8- Promoción de actividades productivas que promuevan el empoderamiento popular y la autonomía socioeconómica basadas en la solidaridad, la democracia y el control de los medios de producción por parte de las y los trabajadores, como cooperativas.

9- Asignación participativa de presupuestos y gastos a todo nivel geográfico (comunal, provincial, regional y nacional).

10- Mayores impuestos a la herencia para ricos y súper-ricos.

11- Reconocer el tiempo de viaje entre el hogar y el trabajo (conmutación) como parte del horario laboral y remunerarlo.

¿Es factible implementar este impuesto en el escenario de crisis socioeconómica y sanitaria actual?

No sólo es viable, sino que debiese haber sido implementado hace décadas. Chile es el segundo país más desigual de la OCDE[4] y uno de los más desiguales del mundo[5], y necesita de este tipo de medidas en conjunto con otras para avanzar en la mejor distribución de los recursos hacia la construcción de una sociedad más justa. El modelo de capitalismo globalizado sin restricciones actual ha llevado a que, en medio de una pandemia, los millonarios y billonarios hayan aumentado sus ingresos sustancialmente[6]. Esto fortalece la idea de que nos encontramos en una fase “necro-capitalista”[7], donde las elites capitalistas aumentan su bienestar –literalmente– a  costa de la muerte de millones. Tal situación se muestra de manera particularmente intensa en Chile, tanto por las altas tasas de contagio de COVID-19 producto de políticas sanitarias que priorizan la producción económica por sobre la vida de las personas; en la sangrienta represión del estado chileno a movilizaciones por una vida digna para todxs; y en el extractivismo depredador con impactos nefastos para la vida humana y no humana en los lugares de extracción.

Durante esta pandemia, y siguiendo la tendencia mundial, la fortuna de Sebastián Piñera ha aumentado notablemente[8], siendo calculada por Forbes en 3 billones de dólares[9]. Este monto valorado al precio del dólar de hoy ($700.96 pesos, según Banco Central[10]) equivale a pagar 536.722 salarios mínimos mensuales ($326.500 pesos) por todo un año. La familia Luksic, por otra parte, tiene una fortuna valorada en 4.2 billones de dólares por Forbes[11], lo que se traduce en el pago de 751.411 salarios mínimos por un año. Es decir, mantener sólo las fortunas de la familia Piñera y Luksic durante la pandemia, le cuestan a Chile dejar de recibir 1.288.133 salarios mínimos anuales al país, salarios que apenas alcanzarían a madres que hoy no pueden enviar a sus hijos a estudiar por no tener que darles de comer[12]. Algunas personas defienden esta acumulación de riqueza, “se lo merecen”, comentan. Pero lo cierto es que toda producción es ecológica y social: requiere de infraestructura como caminos y puertos pagados con nuestros impuestos, recursos de la naturaleza y utiliza el trabajo físico y mental de múltiples personas en sus distintas etapas y tanto en las empresas como en los hogares. Así, no resulta justo que todo ese valor producido se concentre sólo en quiénes son dueños de empresas, sin reconocer y valorar el aporte de trabajadores, naturaleza y sociedad.

Por tanto, este impuesto a los súper ricos es una medida importante, pero insuficiente. Es un parche curita que no cura la enfermedad: el extractivismo neoliberal extremo chileno, donde la vida de sus trabajadoras y trabajadores, así como del medioambiente, es menos importante que la producción económica. Resulta crucial, entonces, no quedarnos atascados en la discusión sobre los tipos de políticas que se podrían implementar, sino que debemos continuar cuestionando el modelo socioeconómico, tal y como lo comenzamos a hacer durante el estallido. Es fundamental enfocarnos en las verdaderas causas de las desigualdades que hoy todxs vivimos, así como en proponer modelos experimentales y novedosos basados en otra concepción del mundo, más solidaria, justa y horizontal, que valore la “buena vida” o la “vida digna”. Cuando nos enfocamos en esas discusiones de fondo, logramos mayor claridad sobre el tipo de sociedad utópica que queremos traer más cerca y el camino a seguir (en cuanto a distintos tipos de políticas, etc.) se hace más claro.

Algunos empresarios, como el presidente de la SOFOFA, han dicho que un impuesto a los súper ricos “es una mala política pública, no recauda y desincentiva la inversión”. ¿Exageración o verdad?

El presidente de la SOFOFA tiene derecho a tener su opinión, pero tal opinión debe ser valorada como una más en el universo de opiniones y en base a la evidencia, y él no presenta ninguna[13]. Por otra parte, sí existe evidencia de que los impuestos a los ricos/súper ricos son políticas importantes en la creación de sociedades más justas. Se nota que hace años no consulta los estudios del Banco Mundial[14] y el Fondo Monetario Internacional[15]. El mismísimo Joseph Stiglitz[16], ex presidente del Banco Mundial, habla de lo importante que es esta y otro tipo de políticas para reducir la desigualdad.

Además, se debe entender que la opinión del presidente de la SOFOFA es pagada por los empresarios para defender a los empresarios[17], y no a las/los trabajadores, a la sociedad ni menos al medioambiente. Es decir, se debe valorar como lo que es: el servicio de marketing y propaganda en defensa del modelo neoliberal, que repite el añejo discurso de que «esto espantará a la inversión», activado para evitar cualquier avance social. Los empresarios en Chile NUNCA han cumplido esa promesa, porque en el capitalismo neoliberal las empresas siempre producirán mientras generen ganancias. Lo que sí acostumbran a hacer es utilizar la violencia legal del estado para apalear o masacrar revueltas, tal y como se ha visto desde el estallido. Además, considerando que hoy el precio del cobre está a niveles del súper ciclo de comienzos del 2000s[18], las grandes empresas ligadas directa o indirectamente a ese rubro tienen pocos incentivos a cumplir esta amenaza.

Por otra parte, si algunas personas se quieren ir del país por tener que pagar impuestos, pues el país no perdería demasiado. Esto, porque incluso dentro del mismo grupo de súper-ricos reconocen la mentira de que ellos «generan más empleos porque reinvierten en nuevas o mayores empresas»[19] ya que, aunque quisieran abrir empresas continuamente, simplemente no tienen tiempo o ganas[20]. Así, es hora de restarle importancia a esas trilladas pataletas y prestar más atención a las demandas y soluciones de quienes realmente llevan en sus hombros la producción y creación de valor del país. Las y los mismos que tienen dos, tres o más trabajos simplemente para poder sobrevivir. Es decir, apuntar a la redistribución de la riqueza, pero también del ejercicio del poder, escuchando las demandas de quienes de tanto perder tienen todo por ganar. El resto tiene los medios suficiente para mudarse a un nuevo paraíso fiscal.

[1] https://socialistregister.com/index.php/srv/article/view/14997

[2] https://nonprofitquarterly.org/highest-inequality-human-history-societies-ripe-social-change/

[3] El costo de vida promedio en Chile ha sido calculado en alrededor de $1.100.000 pesos por Francisco Vergara-Perucich (2017). La Fundación SOL, por otra parte, ha demostrado en su estudio Los Verdaderos Sueldos de Chile que un 86% de la población tiene un ingreso por ocupación principal de hasta $1.000.000 de pesos. Bajo esta lógica, el 86% de las y los chilenos no tienen un ingreso que les alcance a pagar el costo de vivir, por lo tanto podrían considerarse como pobres.

[4] https://www.oecd-ilibrary.org/content/data/data-00654-en

[5] https://worldpopulationreview.com/country-rankings/gini-coefficient-by-country

[6] https://www.theguardian.com/business/2020/oct/07/covid-19-crisis-boosts-the-fortunes-of-worlds-billionaires

[7] https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0170840607096386

[8] https://www.encancha.cl/enlahora/nacional/2021/4/6/presidente-pinera-aumento-su-fortuna-en-pandemia-figura-en-cuarto-lugar-de-la-lista-forbes-en-chile-88056.html

[9] https://www.forbes.com/profile/sebastian-pinera/?sh=10d304b77a75

[10] https://si3.bcentral.cl/Bdemovil/BDE/Series/MOV_SC_TC1

[11]https://www.forbes.com/static/bill2005/LIR0CJD.html?passListId=10&passYear=2005&passListType=Person&uniqueId=0CJD&datatype=Person

[12] https://sabes.cl/2021/04/18/leonardo-farkas-busca-a-madre-que-no-tiene-comida-para-el-desayuno-de-su-hijo/

[13] https://www.elmostrador.cl/mercados/2021/04/14/en-dia-clave-para-el-impuesto-a-los-super-ricos-presidente-de-la-sofofa-dispara-en-contra-es-una-mala-politica-publica-no-recauda-y-desincentiva-la-inversion/

[14] https://blogs.worldbank.org/governance/wealth-tax-address-five-global-disruptions

[15] https://www.reuters.com/article/us-imf-world-bank-taxes-idUSKBN2BO69O

[16] https://www.cnbc.com/2020/09/17/economists-stiglitz-and-piketty-us-needs-a-wealth-tax.html

[17] https://web.sofofa.cl/nosotros/que-es-sofofa/

[18] https://www.nasdaq.com/market-activity/commodities/hg%3acmx

[19] https://www.businessinsider.com.au/rich-people-do-not-create-jobs-2011-12?op=1&r=US&IR=T

[20] https://www.businessinsider.com.au/rich-people-create-jobs-2013-11

By Martin Arias Loyola

Martín Arias-Loyola es Director del Magíster en Gerencia Pública y Desarrollo Regional, UCN.

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