Columna: El miedo te inmoviliza

Cuando comenzamos a describir el miedo, lo primero que debemos responder es lo siguiente:

¿Qué es el miedo?

Por lo general es un sentimiento de desconfianza, que nos hace pensar que algunas cosas o situaciones saldrán mal, antes de comenzar a realizar cualquier tipo de actividad, proyecto, idea, tarea, entre otras actividades.

El miedo ha provocado que muchas personas teman ante la posibilidad de fracasar en una situación determinada que no siempre es algo que se materializa en realidad, es simplemente un temor que comenzamos a diseñar en nuestra mente.

Para llevarlo al ámbito científico el miedo comienza en una parte de nuestro cerebro llamada amígdala, ubicada precisamente en nuestro cerebro límbico, el cual está a cargo de regular nuestras emociones.

Cuando una persona detecta una situación que le provoca miedo, se activa inmediatamente esta región cerebral, generando así una sensación de ansiedad y activa uno de nuestros neurotransmisores llamado dopamina, el cual te dispone a ponerte en alerta.

Lo positivo del miedo

Cuando una persona tiene miedo, por lo general lo predispone para defenderse o estar alerta sobre un peligro que podría afectar su vida o su salud o la de otras personas.

Esto quedó reflejado durante el inicio de la pandemia al enfrentar algo nuevo y desconocido. Esto nos llevó a estar mucho más alertas ante algo que no sabíamos que daño nos podía causar e incluso nos protegíamos bastante de exponernos a respirar este virus malicioso que podía tener consecuencias muy negativas para nosotros.

Lo negativo del miedo

En cuanto a lo negativo, el miedo ha sido una constante que nos acompaña en forma permanente cada vez que queremos realizar algo, estamos invadidos por pensamientos negativos que nos llevan a paralizarnos y no continuar en búsqueda de nuestras metas.

¿Cuántos de nosotros no han cumplido sus metas por miedo?

Muchas personas hoy en día se encuentran paralizas por este factor, no se atreven a dar el paso al siguiente nivel. Esto por lo general sucede porque nuestros pensamientos una vez que proyectamos una idea, inmediatamente diseñan un posible resultado negativo y te impiden ver las oportunidades que tenemos para llegar a conseguir nuestras metas.

Piensa el miedo que te dio la primera vez que usaste una escalera mecánica y la sensación de inseguridad que esto te provocó. Te aseguro que lo primero que pensaste fue «si me caigo y quedo atrapada o atrapado, la gente se reirá de mí» y un sin fin de ideas negativas. ¿Qué paso después que te bajaste de la escalera mecánica? La sensación de seguridad y tranquilidad que sentiste en ese momento, nada ocurrió y que saliste adelante de esta situación, por lo tanto todo lo que diseñaste en tu mente no sucedió.

O la primera vez que viajaste a otro lugar, que sentías una sensación de ansiedad e inseguridad de no saber como ubicarte en el lugar, como movilizarte. Y quizás hasta que no podrías lograr comunicarte con nadie, si estabas en otro país. Y, ¿qué pasó? Nada: lograste conocer, te movilizaste en algún medio de transporte y hablaste o solicitaste lo que necesitabas, aún con la barrera idiomática.

Con estos dos ejemplos te puedes dar cuenta que muchas veces tu mente te engaña y no te permite ver los recursos que tienes para salir adelante. Muchas veces no nos atrevemos a dar el paso, ya que la sensación de miedo es más fuerte que las ganas de lograr tus metas.

Debes desafiarte en búsqueda de lo que tu quieres lograr. Darte cuenta que tienes la capacidad de poner todas tus experiencias y conocimientos al servicio de lograr un buen resultado y al menos controlar el miedo o en caso contrario vivirás inmovilizado y jamás podrás subir el peldaño que te llevara a conseguir resultados óptimos.

Por Celso Pardo Ledezma

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