Columna: El cáncer en un territorio sacrificado

Por Martin Arias Loyola Jun19,2019

El cáncer acecha a los habitantes de Antofagasta en el agua, el sol y el aire y es una temática sobre nuestra supervivencia que requiere políticas serias para abordarse. A la histórica alta tasa de cáncer de vejiga debido a la contaminación por arsénico, se suman el implacable incremento en las tasas de cáncer a la piel y pulmón. Además, y a pesar de la urgencia de este peligro, la cobertura de tratamiento para el cáncer en la Macrozona Norte (que incluye las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama) es la mitad de la requerida, según lo expresado por el director del Centro Oncológico del Norte (único centro de alca complejidad para la población de todas esas regiones), el médico Ricardo Baeza[1].

El mismo experto indicó que la escasa cobertura ha llevado a que el 70% de los casos de cáncer en la región se detecten en las etapas III o IV, es decir, muy tarde[2]. Por tanto, el desierto que cimienta la economía nacional cumple una práctica función multiuso, al también servir de cementerio para quienes se atreven a vivir en esta zona de sacrificio.

A nivel nacional, se suma la surrealista negativa al financiamiento de la Ley de Cáncer por parte del reciclado y resucitado Ministro de Salud, Jaime Mañalich, infamemente expulsado del Colegio Médico el 2015 por graves faltas a la ética[3]. Curioso que este ministro plantee que tal financiamiento es “imposible”, cuando representa a un gobierno cuyo líder no para de aparecer en prensa debido (entre otros) a su evasión de pago de contribuciones por treinta años[4], posesión ilegal de una playa privada que se concesionó él mismo siendo presidente[5] y varias otras muestras de la “contabilidad creativa” que aprendió durante su doctorado en Harvard y negocios fraudulentos[6][7].

El lector quizás apoyará mi hipótesis que este proto-hombre, líder y ejemplo para la clase empresarial, podría poner en práctica esas mismas habilidades para encontrar financiamiento a una ley tan importante para la supervivencia del país y, sobre todo, de los/as antofagastinos/as.

Sin embargo, clarifico que no escribo sobre este tema con el ánimo de crear histeria colectiva, sino que para contribuir a la discusión sobre nuestra supervivencia y mejora en calidad de vida, ya que nadie quiere vivir (o sobrevivir) un cáncer. En términos nacionales (y contrariamente a lo que opina Mañalich) esto es un gran problema.

Considerando información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad por cáncer en Chile es del 26%. Esto no significa mucho, a no ser que nos comparemos con otros equipos de nuestra división. En relación con nuestros vecinos, observamos que su tasa de mortalidad por cáncer es: Perú de 17%; Argentina de 20% y Bolivia de 11%. Como diría un futbolero, “estamos en la B” en esta liga del cáncer. Pero ¿qué pasa si nos comparamos con países considerados más desarrollados? Resulta que Estados Unidos tiene una tasa del 22%; Turquía un 23%; y Finlandia un 23%; mientras que países mineros productores de cobre como Australia tienen un 29%; Canadá un 31% y Zambia un 6%. Por tanto, Chile está mucho peor que nuestros vecinos directos, un poco mejor que algunos países mineros, y un poco peor que algunos países desarrollados. Para tener una imagen más clara, habría que comparar las tasas de crecimiento en la mortalidad del cáncer, así como el costo de la enfermedad para las familias y la etapa en la que son diagnosticados (tarea para la casa).

En términos regionales, el Plan Nacional de Cáncer del MINSAL 2018-2028 describe Antofagasta como la región que presentó la mayor tasa de mortalidad por tumores malignos ajustada por edad entre 1990-2015, tanto para hombres como mujeres[8]. El mismo informe reporta que la Región de Antofagasta tiene una tasa de mortalidad mayor al promedio nacional en cáncer al colon, recto, hígado, páncreas, tráquea (extremadamente alto) y riñones para hombres; y recto, hígado, páncreas, tráquea, cuello uterino y riñones para las mujeres. Además, el informe indica que la región de Antofagasta y Los Ríos son las que tienen las mayores tasas de incidencia nacional de cáncer en hombres considerando el período 2003-2007. Todo muy preocupante.

Para la ciudad de Antofagasta, que es quizás lo que al lector preocupado de su supervivencia le interesa, el Ministerio de Salud señala que el cáncer es la principal causa de muerte en la ciudad, representando casi el 30% del total de muertes. Además, la tasa de crecimiento de muertes por cáncer ha sido del 42% entre los años 2000 y 2015 (Departamento de Estadísticas e Información de Salud, 2016[9]). Es decir, uno de cada tres antofagastinos se muere de cáncer, número que crece rápidamente. La muerte trabaja cada vez más apurada en la perla del norte.

Por otra parte, existe una vasta (y lamentablemente creciente) literatura científica que demuestra empíricamente que la ciudad de Antofagasta es una de las más contaminadas de Chile y el mundo por algunos metales, influenciando un incremento sostenido en las tasas de mortalidad por cáncer. Si bien la contaminación histórica por arsénico ha sido reportada por varios trabajos científicos, investigaciones recientes validadas internacionalmente señalan que la ciudad tiene los niveles más altos del mundo en contaminación por arsénico, cobre y zinc, sobre todo cerca de la zona del puerto (Tapia y otros, 2018[10]). Como referencia, esta contaminación es más alta que varias ciudades extremadamente contaminadas de China como Zhuzhou y Qingshan (Kong et al., 2011[11]; Lu, Wang, Lei, Huang, & Zhai, 2009[12]; Tapia et al., 2018).

Asimismo, el médico Aliro Bolados (2015) en su informe «Antofagasta bajo el deterioro ambiental y sanitario[13]» realizado para el Colegio médico de Chile, muestra que varios lugares de la ciudad tienen altísimos niveles de contaminación de arsénico, cadmio, zinc, cobre y plomo. Cuando estos números son comparados con los estándares medioambientales holandeses, terminamos con una “ciudad sacrificada” (marca registrada), donde gradualmente el metal que exportamos se nos esconde en los pulmones. El mismo Colegio Médico ha llamado a que Antofagasta sea denominada una zona de alerta sanitaria debido a la alta presencia de arsénico y otros metaloides en nuestros cuerpos[14]. Obviamente, poco caso le han hecho. Tan considerable es la tasa de cáncer, que Antofagasta ha sido llamada el “Chernóbil Chileno”, en un reportaje publicado nacional e internacionalmente por el connotado periodista Rodrigo Ramos Bañados[15][16]. Si ha visto la serie o conoce el caso, sabe que esto no es ningún piropo.

Por tanto, existe creciente evidencia sobre el aumento en participantes en la lotería del cáncer, pero también en que el arsénico no es el único culpable de esta tragedia. Estos estudios ubican a sectores como el puerto, enquistado en el corazón de la ciudad, como dispositivos urbanos que intoxican[17]. Paradójicamente, esos dispositivos contaminantes han sido defendidos a rajatabla por autoridades regionales a veces poco preparadas, tales como la vergonzosa apología corporativa de la –ahora– ex seremi de Medioambiente Visnja Music, quien aseguró el 2018 que el Gobierno Regional “no contaba con datos suficientes para asegurar que el puerto contamina”[18]. Vale la pena recordar la destitución de tan ilustre Seremi por no acreditar experiencia ante la contraloría [19]. También es bueno recordar cómo tanto el intendente Marco Díaz como la diputada Paulina Núñez mintieron públicamente sobre la salida de este personaje de esa cartera[20].

Por tanto, el problema resulta escandaloso por múltiples motivos: primero, debido al amateurismo de algunas autoridades responsables de manejar el estado para solucionar este grave problema. Segundo, el negacionismo de autoridades del Gobierno Regional ante la creciente evidencia científica sobre la importancia del problema del cáncer y su relación con la grave contaminación regional y comunal; quienes, al igual que los burócratas en Chernóbil[21], parecen estar dispuestos a dejar morir a ciudades completas con el fin de no poner en riesgo el apoyo financiero o político a futuras elecciones. Tercero, que la creciente evidencia empírica apunta a determinados dispositivos urbanos como fuentes contaminantes, tales como el puerto y otros sectores, pero el gobierno no financia estudios que den una imagen certera y validada internacionalmente de los factores contaminantes en las ciudades de la región (por espacio, no he hablado de Tocopilla, Mejillones o Taltal). Cuarto, que mientras miles esperamos nerviosos a ver si engrosaremos las gigantescas filas de enfermos de cáncer en las ciudades de Antofagasta y el país, y mientras los médicos siguen reclamando recursos, el gobierno central se da el lujo de comentar la imposibilidad de resolver el problema, lo que muestra su total antipatía a nuestra esperanza de vida y refuerza la idea de que la región de Antofagasta ha sido decidida como zona de sacrificio.

Por tanto, ante todo lo anterior se hace urgente la pataleta y el cacareo. Que quienes aún no salen de sus casas se sumen a profesores, mujeres, pobladores y a todas y todos quienes quieran no sólo sobrevivir, sino terminar con el sacrificio de este terruño inhóspito, pero simultáneamente lleno de vida. “El enemigo es cualquiera que esté tratando de matarte, no importa de qué lado esté”, escribió Joseph Heller en la novela “Trampa 22” (Catch 22). Así, tanto el cáncer como la contaminación que lo gesta y multiplica deben ser derrotados. El buen (sobre) vivir de nuestras familias, amistades y colegas depende de ello.

[1] http://www.mercurioantofagasta.cl/impresa/2019/06/18/full/cuerpo-principal/2/

[2] https://www.soychile.cl/Antofagasta/Sociedad/2019/03/04/584042/Antofagasta-El-70-de-los-casos-de-cancer-se-detectan-en-etapa-avanzada.aspx

[3] https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2019/06/14/presidenta-del-colegio-medico-por-llegada-de-manalich-al-minsal-esperamos-el-maximo-respeto-con-los-trabajadores-de-la-salud/

[4] https://www.cnnchile.com/pais/presidente-pinera-pagaria-contribuciones-caburgua-proxima-semana_20190501/

[5] http://reddigital.cl/2019/02/11/la-playa-privada-se-concesiono-pinera-siendo-presidente/

[6] https://www.eldesconcierto.cl/2018/09/05/dinero-poder-y-politica-los-8-casos-de-los-que-ha-salido-airoso-sebastian-pinera/

[7] http://www.infogate.cl/2015/08/29/8-de-agosto-de-1982-el-dia-en-que-sebastian-pinera-se-fugo-de-la-justicia-por-el-caso-banco-de-talca/

[8] https://cdn.digital.gob.cl/filer_public/d3/0a/d30a1f5e-53d9-4a31-a4fe-e90d8d9a2348/documento_plan_nacional_de_cancer.pdf?fbclid=IwAR3JYetbxaZ-nfl5_E78_UV3CVO8EykkyAkhHrkyxQMHsCMwKrWMcgnbveI

[9] http://www.deis.cl/wp-content/uploads/2018/05/IBS-2015.pdf

[10] https://peerj.com/articles/4699/

[11] https://doi.org/10.1016/j.microc.2011.02.012

[12] https://doi.org/10.1016/j.jhazmat.2008.04.052

[13] https://www.camara.cl/pdf.aspx?prmID=31115&prmTIPO=DOCUMENTOCOMISION

[14] http://www.colegiomedico.cl/colegio-medico-llama-a-decretar-zona-de-emergencia-sanitaria-por-arsenico-en-antofagasta/

[15] https://www.theclinic.cl/2018/06/22/vivir-medio-del-chernobil-chileno/

[16] https://ctxt.es/es/20180815/Politica/20462/Rodrigo-Ramos-Ba%C3%B1ados-Chile-Chern%C3%B3bil-muertes-por-radiacion-Antofagasta.htm

[17] https://ciperchile.cl/2018/06/18/puerto-de-antofagasta-un-dispositivo-urbano-que-intoxica/

[18] https://timeline.cl/2018/09/seremi-medioambiente-no-contamos-con-datos-suficientes-para-asegurar-que-el-puerto-contamina/

[19] https://www.youtube.com/watch?v=sicPKnNp4F0

[20] https://regionalista.cl/intendente-diaz-y-diputada-nunez-mintieron-sobre-motivos-de-la-salida-de-ex-seremi-de-medio-ambiente/

[21] https://www.diarioantofagasta.cl/opinion/cartas/105402/los-burocratas-de-chernobyl-y-los-burocratas-de-antofagasta/

By Martin Arias Loyola

Martín Arias-Loyola es Director del Magíster en Gerencia Pública y Desarrollo Regional, UCN.

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