Columna: #DóndeEstáLaPlata (a propósito del debate sobre retiro de fondos de AFP)

Por Gisela Contreras Braña Jun 26, 2020

De más está hablar de lo compleja que es la situación producto de la pandemia. De una pandemia que viene después de un estallido que ya nos tenía complicados. De más está hablar de los desatinos del gobierno, de las eternas desigualdades y los miedos que nos angustian.

A ratos resultaba interesante ver las probables soluciones. Sin importar cuál de esas soluciones se aplican o no, y cómo se financian, me quiero detener en una propuesta de la que mucho se habla últimamente: El retiro del 10% de la plata que tienes en la AFP.
El retiro de los fondos previsionales es un tema profundamente discutido. Pero sin importar cuál sea la propuesta y quien esté a la cabeza del gobierno, el resultado siempre termina siendo el mismo: esa plata no la tocas, por el contrario, se sigue inyectando capital a un sistema que no funciona.

Yo en esta parte recuerdo mis clases de economía básica. Y un concepto que seguramente no explicaré nada de bien a los ojos de un economista, pero que le ayudará a una persona común y corriente a entender de lo que hablo. Creación de capital.

Verá usted. Si yo tengo 10 pesos y los pongo en el sistema de capitales, mis 10 pesos no quedan físicamente en el banco. No. El banco tomará mis 10 pesos y se los prestará a alguien. Entonces, en capital existen ahora mis 10 pesos y los 10 de la deuda. O sea, tenemos 20 pesos. En algún momento, esos 10 volverán al banco, pero con los intereses, el deudor seguirá debiendo. Y el banco volverá a prestar. Ya no tenemos 20, tenemos 30 pesos. Y así el mercado crea un dinero que en realidad no existe. Si yo voy al banco a pedir mis 10 pesos, probablemente me dirán que debo esperar algo de tiempo para que alguien más ponga 10 en el banco y los míos sean devueltos. Durante el tiempo que el banco tuvo mis 10, logró convertirlos en 100 o quizás más generando capital.

Insisto, es probable que los conceptos desde el tecnicismo estén errados, pero la idea queda más que clara. Ahora imagine esos 10 pesos multiplicados por todos los fondos de pensiones de todos los chilenos. Y las AFPs como esos bancos que “invierten” tu capital.
Las AFPs sustentan la economía en Chile. Le prestan a grandes empresas, a bancos, invierten en la bolsa. Acabar con el sistema significa eliminar el flujo de capitales de toda la economía. Pero más importante que eso, los dineros entregados a las AFPs no están físicamente en las AFPs. No existen. Al ser invertidos en bonos y empresas, el dinero existe sólo en papel. AHÍ ESTÁ LA REAL RAZÓN DEL ETERNO DILEMA GUBERNAMENTAL DE NO ENTREGAR LOS FONDOS.

Incluso si se trata solo de ese 10% por pandemia, hoy las aseguradoras no tendrían cómo responder. Todo nuestro dinero está invertido, son bonos y acciones, y lo que mensualmente entra se utiliza para cubrir esas pensiones indignas de los jubilados y para mantener la ilusión de un sistema sustentado en fondos inexistentes. Igual como Madoff hacía con su estafa Ponzi al conseguir nuevos inversores, solo que aquí los inversores estamos obligados por ley a entregar más plata. Esos fondos que mensualmente llegan en nuestras cartolas, no tienen respaldo, son como un globo lleno de aire.

Casos como el de María Ojeda son, entonces, tremendamente peligrosos para el sistema. Dejan al descubierto esta estafa legal y elegante llamada Sistema de Fondo de Pensiones. Mientras tanto sería interesante saber dónde está la plata y ver si como ciudadanos tenemos alguna herramienta legal para solicitar a la Superintendencia de AFPs una auditoría que nos diga el destino real de nuestro dinero.

By Gisela Contreras Braña

Gisela Contreras Braña es periodista y reside actualmente en Antofagasta.

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