Columna | Contaminación acústica: ¿Un problema de fiscalización o de educación?

Por Nicolás Vega Abr5,2023

Hoy en Chile una de las labores más difíciles en todo incumplimiento normativo es la de fiscalización de la contaminación acústica. Es quizás la que está más al debe, a pesar de ser la forma de contaminación que recibe más denuncias en la Superintendencia de Medio Ambiente. Esto se da principalmente por la falta de recursos que se entregan a esta tarea, pero también por los engorrosos y largos procesos administrativos que conlleva aplicar una sanción.

Tenemos marcos regulatorios, pero en general son poco efectivos a la hora de solucionar el problema en cuestión. Muchas de estas sanciones quedan en una multa, la cual la mayoría de las ocasiones es baja a pesar del daño causado y por lo general permite la continuidad de funcionamiento de quienes fueron multados. Incluso hay ocasiones en que estos procesos llegan a prescribir, dejando sin condena a los infractores.

Frente a esta situación, ¿no será mejor cambiar como planteamos la solución al problema de la contaminación acústica?

Generalmente nuestras normativas van en función de una ley y el no cumplimiento de esta implica un castigo. Lo importante es encontrar culpables y hacerlos pagar. Muy pocas veces frente a un problema buscamos educar como primera instancia o apoyar a través de un soporte técnico adecuado, buscando una solución definitiva al problema. El sistema se basa en la acumulación de denuncias, esperando que el infractor mejore el problema sin apoyo técnico y si este sigue fallando, recién recae una multa o la clausura. Para que esto suceda pueden pasar años y el problema, al no ser analizado y entendido en su complejidad, sigue existiendo.

Pedro Aguirre Cerda, presidente de Chile entre 1938 y 1941, conocido por su célebre frase «Gobernar es educar» y a su vez también por expresar que «la educación es el primer deber y el más alto derecho del estado», quizás nos esté dando una pista de cómo deberíamos actuar frente a problemas como la contaminación acústica. No es coincidencia que el aumento de la matricula escolar y universitaria que promovió y consiguió durante su mandato, haya tenido una relación directa con el aumento de la esperanza de vida y crecimiento demográfico desarrollado que logró Chile en la década de 1940.

Los grandes cambios que vive un país siempre van de la mano de una sociedad que recibió más y mejor educación sin discriminación. Entreguemos más recurso a la fiscalización que tanta falta hace, sí, pero primero eduquemos.

Por lo mismo la invitación a las autoridades es a entregar más recursos a campañas de educación sobre qué es la contaminación acústica, cuáles son las normativas que nos protegen como ciudadanos, cómo nos afecta tanto física como psicológicamente y cómo podemos erradicarla a través de acciones personales y colectivas, además de generar una política que gire en torno a la prevención a través de la educación y no de lo punitivo.

Tal como dijo otro gran presidente latinoamericano, «un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que los engañen los corruptos y los mentirosos». Por lo mismo, sumar la variable de una educación justa y democrática sobre la problemática de la contaminación acústica, nos permitirá eso: una mejor opción de vida.

By Nicolás Vega

Nicolás Vega Rojas es Arquitecto, Master en Ciencias de la Tecnología y Salud, Mención en mecánica e ingenierías, especialidad ACAU (Ambientes y Confort para la Arquitectura y el Urbanismo).

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