JUNTO A LA DIRECTORA REGIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE ABOGADAS FEMINISTAS DE CHILE (ABOFEM), CARLA TITO, ANALIZAMOS LA SITUACIÓN ACTUAL EN EL PAÍS EN MATERIA DE VIOLENCIA DE GÉNERO.
El Día Nacional contra del Femicidio es una conmemoración que se instauró este año, en memoria de Javiera Neira, de 6 años, víctima de la violencia machista, quien en 2005 fue asesinada por su padre biológico, Alfredo Cabrera Opazo.
En promedio en Chile ocurren 50 femicidios en el año, pero en lo que va del 2019, ya han sido 58 los casos consumados, de los cuales tres ocurrieron en la región de Antofagasta. Las víctimas fueron Vesna Philbey, mujer británica, quien fue asesinada en mayo por su esposo en medio de un presunto pacto de suicidio, donde solo ella resultó fallecida; Lisbet Apunari Paniagua, de 20 años, nacionalidad boliviana, madre de un niño de tres años, asesinada por su conviviente en su propio domicilio; y Gabriela Contreras Uribe, de 28 años, y al igual que Lisbet, madre de un niño de tres, femicidio ocurrido en pleno centro de Calama. A pesar de tener medidas cautelares hacia quien resultó su asesino, estas no sirvieron para protegerla.
Un cambio estructural
Carla Tito, directora regional de Abofem, destacó que este no debería ser visto como un problema solo regional: “En realidad, más que hacer un análisis territorial, hay que entender que es un problema estructural. No es un problema de un territorio específico, es un problema de que nuestra institucionalidad no tiene la perspectiva adecuada para visibilizar la violencia de género”, señaló.
Tito además explicó que, entendiendo la violencia como un fenómeno complejo, no solamente es necesario establecer medidas punitivas, sino cómo la sociedad procura que exista una concientización real, donde las mujeres dejen de ser vistas como una ciudadana cosificada y de “segunda clase”.
“De alguna manera esto permite también que a nivel de relaciones afectivas, relaciones familiares, u otro tipo de relación, se entienda que la mujer está un escalón más abajo. Entonces, obviamente, la violencia de género también es una expresión de eso. Más que un cambio solamente jurídico, es un cambio cultural, un cambio político, porque requiere también voluntad política por parte del Gobierno para efectos de cambiar la institucionalidad”, comentó.
“Hoy tenemos a una ministra que no se ha pronunciado de ninguna forma a raíz de las situaciones de violencia política sexual que se han dado en contextos de manifestación. Eso también va dando señales de que, en sí, estos temas no tienen relevancia y es allí donde también hay que poner un ojo crítico”, agregó.
A nivel regional
Siguiendo el fenómeno de la centralización, el manejo de la violencia de género a nivel regional se ve disminuido, según la directora de Abofem: “Es un servicio muy precarizado, que cuenta con muy pocos profesionales, y esto se ve reflejado de mejor forma en las regiones, porque obviamente a nivel de proporcionalidad tiene muchos menos funcionarios, y tiene muchos menos en comunas. Por ejemplo, para Antofagasta solamente existe un centro de la mujer, y ese centro de la mujer no cuenta tampoco con un aparataje en cuanto a personal que le permita dar abasto expedito de todas las asesorías, o solicitudes de asesorías, que tengan distintas mujeres que han sido víctimas de violencia”, expresó.
Al mismo tiempo, la regulación chilena establece a través de distintas leyes solo algunos tipos de violencia, por lo que otros tipos no pueden ser tratados u orientados de la misma manera, ya que no son reconocidos como tal. Ese era el caso, hasta mayo de este año, del acoso callejero, o el caso de la Ley Gabriela, que busca incluir el femicidio dentro del pololeo y no sólo considerando a parejas casadas o conviviendo.
Un llamado a la modernización cultural, la no naturalización o la caricaturización de la violencia de género. No invisibilizar, trabajar en la prevención, autoprotección, la expansión de las redes de protección y acompañar a la persona que se encuentre inmersa en la violencia de género, son parte de las acciones que se deben realizar para combatir los femicidios en nuestra región y país.
Redacción 
Jorge Ochoa Bugueño